Reflexión de Amor: La misa y el camino a Emaús


Uno de los pasajes más populares de los evangelios es la historia o el pasaje de los discípulos caminando hacia Emaús. Es bien popular porque nos ayuda a reflexionar en diferentes puntos de vista, nos ayuda a reflexionar en diferentes partes de nuestra jornada.  Recuerda que nuestra vida es una jornada, somos peregrinos viajando hacia nuestro destino final.  De igual manera los discípulos caminando a Emaús, pueden representar nuestra jornada, nuestro caminar o por lo menos no pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra vida.  En esta ocasión me gustaría reflexionar sobre los discípulos caminando a Emaús y sobre dos puntos de vista diferente sobre el pasaje.

Lucas 24:13-35

13 Aquel mismo día dos de los discípulos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. 14 Conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. 15 Y mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. 16 Pero sus ojos estaban velados[c] para que no lo reconocieran.

17 Y Él les dijo: «¿Qué discusiones[d] son estas que tienen entre ustedes mientras van andando?». Y ellos se detuvieron, con semblante triste. 18 Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: «¿Eres Tú el único visitante en Jerusalén que no sabe[e] las cosas que en ella han acontecido en estos días?». 19 «¿Qué cosas?», les preguntó Jesús. Y ellos le dijeron: «Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta[f] poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron a sentencia de muerte y lo crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel. Además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. 22 Y[g] también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro, 23 y al no hallar Su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía. 24 Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no lo vieron».

25 Entonces Jesús les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo[h] padeciera todas estas cosas y entrara en Su gloria?».

27 Comenzando por[i] Moisés y continuando con[j] todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. 28 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos. 29 Y ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. 30 Al sentarse[k] a la mesa con ellos, Jesús tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos. 32 Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría[l] las Escrituras?».

33 Levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 que decían: «Es verdad que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón».

35 Y ellos contaban sus experiencias[m] en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

La Misa

El primer punto de vista o reflexión sobre los discípulos caminado a Emaús, es su similitud a la misa.

 Aquel mismo día dos de los discípulos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. 14 Conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. 15 Y mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. 16 Pero sus ojos estaban velados[c] para que no lo reconocieran.

Los discípulos iban caminando, así como nosotros estamos caminando en la jornada de la vida.  Estaban conversando y Jesús se les acerco y camino con ellos, pero ellos no lo reconocieron.  De igual manera nosotros caminamos junto a Jesús y no lo reconocemos, y no lo vemos.  Vamos a la misa para encontrarnos con Dios, y aun en la misa no lo reconocemos.

17 Y Él les dijo: «¿Qué discusiones[d] son estas que tienen entre ustedes mientras van andando?». Y ellos se detuvieron, con semblante triste. 18 Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: «¿Eres Tú el único visitante en Jerusalén que no sabe[e] las cosas que en ella han acontecido en estos días?». 19 «¿Qué cosas?», les preguntó Jesús. Y ellos le dijeron: «Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta[f] poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron a sentencia de muerte y lo crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel.

Los discípulos caminaban tristes porque a Jesús lo habían crucificado, pero no simplemente porque lo crucificaron, mas porque ellos esperaban que Jesús iba a redimir al pueblo de Israel.  Estaban tristes porque perdieron su fe y perdieron su esperanza, ya no se referían a Jesús como el mesías, ahora se referían a Jesús como alguien que “fue un profeta”.  En otras palabras, ya no lo es, ya no es profeta, ya no es el mesías, ya no es porque para los discípulos había muerto y junto con su muerte estaban sus esperanzas, los discípulos habían perdido su fe o por lo menos dudaban. Nosotros igualmente vamos a la misa y llegamos tristes, tristes porque el mundo nos agobia, tristes por los problemas diarias, tristes por las situaciones de la vida, tristes por problemas familiares, tristes por tantas situaciones y muchas veces perdemos nuestra fe o dudamos.  Y vamos a la misa con esperanzas, con fe de ver a Jesús, de recibir su palabra, de encontrarlo, de recibirlo, de recibir su sanación, de recibir su esperanza y quizás no lo reconocemos.

Además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. 22 Y[g] también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro, 23 y al no hallar Su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía. 24 Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no lo vieron».

Los discípulos habían perdido su fe, aunque los demás (las mujeres y otros discípulos) les habían comentado que el sepulcro estaba vacío.  Jesús había pasado tiempo con ellos, enseñándoles y preparándolos sobre lo que iba a suceder y aun así no lo entendieron cuando sucedió.  Nosotros de igual manera, tenemos las palabras de Dios, tenemos la Tradición de la iglesia, tenemos revelaciones y aun no llegamos a entender completamente que esta pasando en nuestra vida, en nuestra jornada y tampoco entendemos completamente que sucede en la misa.

25 Entonces Jesús les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo[h] padeciera todas estas cosas y entrara en Su gloria?».

27 Comenzando por[i] Moisés y continuando con[j] todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. 28 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos. 29 Y ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos.

Aunque los discípulos no comprendían, Jesús tomo el tiempo para explicarles nuevamente lo que ellos debían de haber entendido.  Les enseño todo lo que los profetas habían escrito en las escrituras y como estaba relacionado.  Cuando Jesús les estuvo explicando la palabra en las escrituras, sus corazones ardían de conocer mas y más, al punto que le rogaron que se quedara con ellos.  Podemos aplicar lo mismo a la misa, la primera parte de la misa después de la entrada es la liturgia de la palabra.  En la liturgia de la palabra, los profetas y las escrituras son proclamadas, en otras palabras, son leídas y abiertas para que Jesús mismo nos explique.  Después de las lecturas el sacerdote (actuando en persona de Cristo) nos explica las lecturas por medio de lo que llamamos la homilía.  La liturgia de la palabra es cuando Jesús mismo nos habla, si le pedimos que nos instruya, si nos enfocamos en lo que Dios nos quiera decir por medio de sus palabras y de su explicación (homilía).  Igual que los discípulos cuando Dios nos habla en la misa, nuestro corazón arde y queremos más, hasta se nos hace que la homilía o liturgia de la palabra se hace corta.

30 Al sentarse[k] a la mesa con ellos, Jesús tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos. 32 Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría[l] las Escrituras?».

Después de la liturgia de la palabra, en la misa compartimos la liturgia de la eucaristía.  Los discípulos compartieron la fracción del pan con Jesús, y fue en ese instante que lo reconocieron. Fue hasta ese momento que se dieron cuenta de todo lo que habían escuchado, vivido y compartido.  Nosotros cuando compartimos la fracción de pan, quizás no reconocemos a Jesús en la eucaristía como los discípulos, pero al recibirlo, recibimos la gracia santificante y sacramental que Jesús nos ofrece.  Jesús les dijo a los discípulos que estaría con ellos hasta el fin del mundo, pero aquí vemos que desaparece. La razón por la cual desaparece es que el permanece con nosotros, pero en los accidentes de pan y vino.  El pan y el vino de la misa se transforman en el verdadero cuerpo y sangre de Jesús, el cual nos prometió estar con nosotros siempre.  Al Jesús transformarse en pan y vino, se hace accesible a toda la humanidad por que no esta limitado a un espacio donde se encuentre su cuerpo humano. 

33 Levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos, 34 que decían: «Es verdad que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón».

35 Y ellos contaban sus experiencias[m] en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Cuando los discípulos reconocieron a Jesús y se dieron cuenta de lo que habían experimentado, no aguantaron y salieron corriendo a contarle a los demás lo que ellos vivieron.  Nosotros en la misa, tenemos la misma experiencia.  Al concluir la misa, el sacerdote da un mandato en su despedida, usualmente dice que vayamos en paz, a vivir y compartir la buena nueva.  Esa es nuestra misión ir a compartir lo que vivimos, lo que compartimos, lo que experimentamos en la misa con aquellos que quizás se encuentren tristes, desanimados o desmoralizados, quizás como nos encontrábamos al comenzar la misa, como los discípulos en camino a Emaús.

Esta es una de las reflexiones populares sobre los discípulos en camino a Emaús, ver como tiene tanto simbolismo, parecido a la misa.  Entramos a la misa tristes y cansados, nos encontramos con Jesús en la palabra y en la eucaristía. Este encuentro deber de cambiar nuestro lamento en gozo, este encuentro debe hacer que nuestro corazón arda por más.  Al final de la misa recibimos nuestra misión, de ir al mundo a evangelizar, a contagiar al mundo con nuestra alegría, con nuestra fe, con la buena nueva que es Jesús. 

Matrimonio

Otra reflexión sobre los discípulos en camino a Emaús es que su jornada es como un matrimonio.  Los dos discípulos van caminando en el camino, tristes, desanimados, sin propósito.  Luego tienen un encuentro con Dios, el cual le cambia la vida, le cambia el camino y le cambia la jornada.  Después del encuentro con Dios los discípulos tienen una misión, aunque quizás no explicita en el texto, y la misión es de compartir la buena nueva, de compartir lo experimentado, de compartir lo vivido.  Esta reflexión se parece a la vida matrimonial en que la pareja va caminando en la vida, pero sienten que les falta algo, sienten que están llamados a la vocación del matrimonio.  La pareja se encuentra con Dios y forman un sacramento, forman un pacto, de unión.  Cuando llegan a la unión sacramental e incluyen a Dios en el matrimonio, se dan cuenta que lo necesitan, se dan cuenta que anhelan mas y mas que Dios forme parte de su matrimonio. La pareja encuentra su misión, la misión de compartir el amor de Dios, el amor de la pareja con los demás, de ir al mundo a compartir la buena nueva.  El matrimonio es un modelo en la tierra del amor de Dios para con nosotros, por medio del amor de la pareja, Dios se manifiesta y es otra forma por la cual Dios esta presente en nuestras vidas diariamente.

Estas son solo dos reflexiones sobre los discípulos caminando hacia Emaús, pero hay muchas formas de ver la lectura.  Dios nos habla por medio de su palabra y nos habla de una forma peculiar, nos habla de la forma que necesitemos.  Por esta razón una lectura puede tener una reflexión para ti hoy y mañana puede tener una reflexión o mensaje diferente, de acuerdo con lo que estés pasando en tu vida.  Te invito a que leas el pasaje de los discípulos hacia Emaús y que le pidas a Dios que te muestre o que te revele en que especifico él quiere que tu reflexiones.

Bendiciones

Artículos de Interés

Reflexión de la Parábola: El Hijo Prodigo

 Puntos fundamentales sobre La Santísima Trinidad: ¿Qué Es La Santísima Trinidad?

¿Quién es Bartimeo? ¿Qué puedo aprender de la historia de Bartimeo?

¿Cuáles son los libros de la Biblia Católica?

Reflexión: La Hemorroisa

¿Cuál es tu Montaña?

¿Qué es orar sin cesar? ¿Como puedo orar sin cesar?

La Misa: ¿Que es la misa? ¿Porqué ir a misa?

Te invito a unirte a nuestra comunidad: https://amacomodiosama.com/comunidad-…

Mas Recursos:

Nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCF9Wg4uWNxaPTpcAli3uWIw

Nuestro Podcast: https://anchor.fm/amacomodiosama

Recursos: https://amacomodiosama.com/recursos/

Recent Posts

link to ¿Por qué tanta controversia con la declaración “Fiducia Supplicans”? ¿Acaso la iglesia cambio su visión de los matrimonios? ¿Autorizo la iglesia la unión homosexual como valida?

¿Por qué tanta controversia con la declaración “Fiducia Supplicans”? ¿Acaso la iglesia cambio su visión de los matrimonios? ¿Autorizo la iglesia la unión homosexual como valida?

Antes de comenzar te invito a que te pongas en la presencia de Dios y le pidas al Espíritu Santo que te guie, te hable y te muestre el mensaje que el tiene para ti a través de este artículo. El...