Serie Metanoia: ¿En qué confías? ¿En la creación o en el creador?


El sacramento del bautizo nos infunde del Espíritu Santo y una de las virtudes que recibimos por medio del sacramento, es la virtud de la esperanza. La esperanza cristiana es la confianza en Dios, es la confianza en que Dios siempre estará contigo, pase lo que pase en mi vida.  La esperanza es extremadamente importante porque una persona sin esperanza es una persona sin razón o motivo de vida.  Pero hay ocasiones en las cuales nuestra confianza no está en Dios, nuestra confianza puede estar en cualquier otra cosa, y esa es precisamente la pregunta de Dios para ti y para mi hoy… ¿En qué confías, en la creación o en el creador?

¿Qué es confiar en la creación?

Confiar en la creación, es confiar en las cosas y personas más que en Dios. Cuando confió en el dinero, en el poder, en mis conexiones, en mi inteligencia, en mis talentos, en mis seres queridos más que en Dios. Poner a las cosas y personas creadas antes que el que los creo.

¿Qué es confiar en el creador?

Confiar en Dios. Confiar en aquel que todo lo creo de la nada. Confiar en el Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente. Poner las cosas en el orden sagrado, Dios primero y lo demás de añadidura.

Desde el principio, Dios como creador quiso que la confianza fuera puesta en él, pero la primera pareja de Adán y Eva, cambiaron la confianza de Dios por confianza en la creación. Adán y Eva pusieron su esperanza, su confianza en sí mismos, querían ser dioses, querían tomar el control de sus vidas.

Mas adelante en la historia de nuestra salvación vemos al profeta Amos:

Amos 6: 1,4-7

Esto dice el Señor todopoderoso:
“¡Ay de ustedes, los que se sienten seguros en Sión
y los que ponen su confianza
en el monte sagrado de Samaria!
Se reclinan sobre divanes adornados con marfil,
se recuestan sobre almohadones
para comer los corderos del rebaño y las terneras en engorda.
Canturrean al son del arpa,
creyendo cantar como David.
Se atiborran de vino,
se ponen los perfumes más costosos,
pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos.

Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos
y se acabará la orgía de los disolutos”.

Durante el reino dividido el profeta Amos era un pastor de ovejas (año 750 BC) en el sur que profetizaba a los reyes del norte.  Los reyes y gobernantes del norte se aprovechaban de los pobres, los maltrataban y los marginaban.  El profeta les advirtió que si no cambiaban su forma de actuar y su trato a los demás iban a padecer. Así fue, un imperio más fuerte entro y acabo con todos los gobernantes y reyes del norte.  Los reyes fracasaron porque pusieron su confianza en la creación y no el creador. Confiaban en su dinero, confiaban en sus ejércitos, confiaban en su poder, confiaban en sí mismos, pero se alejaron de confiar en Dios.

Mas adelante aun, Jesús mismo nos comparte una historia sobre la confianza:

Lucas 16:19-31

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.

Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él.

Entonces gritó: ‘Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó: ‘Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’.

El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: ‘Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto'”.

Jesús en este evangelio, cuenta una parábola de Lázaro y el hombre rico. Un hombre rico que tenía su confianza en sus bienes, en su riqueza, en sus placeres, sin considerar las necesidades de los demás. Me imagino que el hombre rico nunca se imaginó que moriría o que sufriría, quizás pensaba que por sus riquezas y bienes nunca sufriría. Este hombre puso su confianza en la creación y no el creador, después de su muerte quería una esperanza, pero era muy tarde.  Después de descubrir su tormento quería advertirles a sus familiares para que ellos pusieran su confianza en el creador, pero ya era muy tarde.

¿Quizás te preguntes, y que tiene eso que ver conmigo? Yo sé que mi confianza, mi esperanza está en Dios, en el creador.  ¿Mi pregunta es, estas seguro? ¿Tus acciones o forma de vivir pueden testificar que confías en el creador y no la creación?

¿Cuántos de nosotros no sentimos que debemos tener cierta cantidad de dinero en el banco ahorrado para protección? ¿Para sentirme más seguro? ¿Está mi confianza en la cuenta de banco o en el creador?

¿Cuántos de nosotros nos sentimos más confiados o seguros si tenemos un automóvil nuevo o una casa nueva, o un vestuario nuevo?

¿Cuántos de nosotros nos sentimos confiados porque tenemos un título universitario o porque tenemos una gran posición de trabajo, o porque tenemos influencias?

Cuantos de nosotros nos sentimos confiados de nuestra juventud, nuestra apariencia, ¿nuestra salud?

Cuantos de nosotros ponemos nuestra confianza en nuestros seres queridos, ¿esposo, esposa, hijos, familiares? ¿Usamos frases como es mi todo?

¿Qué pasa cuando?

¿Pierdes el dinero, te roban el auto, se incendia la casa, decae tu salud, tus seres queridos te traicionan?

¿Te sientes acabado, perdido, desolado, abandonado? ¿Por qué? Quizás porque tu confianza está en la creación y no el creador.

El dinero, la casa, el carro, el trabajo, la juventud, familia no son malos, el problema es cuando se vuelven nuestros dioses. Cuando nuestra confianza está en ellos y no en Dios, cuando cambiamos el orden y los ponemos antes que a Dios.

Dios nunca te va a defraudar, nos sentimos defraudados cuando no recibimos lo que pensamos que queremos o necesitamos o cuando pensamos que la vida no nos trata como merecemos.  Pero eso no quiere decir que Dios te defraudo, eso puede significar que lo que querías o esperabas no era lo mejor para ti, o quizás no era el mejor tiempo para recibirlo. Si pones tu esperanza, tu confianza en el creador, tu vida nunca será la misma, pruébalo y veras.

Bendiciones

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