En el sermón de la montaña, Jesús cumple lo que Moisés representó para el pueblo de Israel con la ley original. En el sermón encontramos las bienaventuranzas, caminos de alegría, encontramos advertencias, encontramos aliento, pero también muchos desafíos.
En el libro de Levíticos capítulo 19, el Señor le dice a Moisés que todos debemos ser santos porque él es santo. Ser santo es ser apartado, apartado por una razón, por un propósito, esa razón, ese propósito para nosotros es ser como Cristo. La primera carta a los Corintios capítulo 3 sigue el mismo punto de Pablo diciéndoles a los corintios que ellos son el templo de Dios, que el Espíritu de Dios está en ellos, por lo tanto, son santos. Finalmente, el evangelio de Mateo capítulo 5 cierra el tema con el mismo Jesús diciéndoles a sus discípulos… sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.
Esto para mí es un gran desafío, estamos llamados a ser santos, a ser apartados, a ser templos del Espíritu Santo, a ser perfectos, a ser como Cristo, pero el desafío no termina ahí. En su sermón Jesús utiliza una comparación de la ley original de Moisés con la nueva ley, cuando oímos habéis oído que se dijo … pero yo digo … está comparando lo establecido con lo nuevo. A veces se piensa que la ley original de Moisés, los mandamientos eran muy restrictivos, difíciles de seguir y difíciles de vivir, pero Jesús en sus enseñanzas nos desafía aún más, cuando el afirma:
- Oíste decir … No matarás… pero yo digo … si estás enojado con tu hermano/hermana, eres responsable.
- Oíste decir … No cometerás adulterio… pero yo digo … si miras a una mujer con lujuria ya has cometido adulterio.
- Oísteis decir … Cualquiera que se divorcia de su mujer, que le dé carta de divorcio… pero yo digo … cualquiera que se divorcia de su mujer comete adulterio.
- Oíste decir … No debes jurar en falso… pero yo digo … no jures en absoluto.
- Oíste decir … Ojo por ojo y diente por diente… pero yo digo … que no ofrezcan resistencia al que es malo.
- Oíste decir … Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo… pero yo digo … ama a tus enemigos.
Jesús lleva el cumplimiento de la ley al corazón; no solo se enfoca en la acción, sino que se mueve para pasarla a las intenciones. Antes de quebrantar la ley, había una intención en el corazón y esa es su nueva ley. En lo personal encuentro las… ya lo oíste decir … declaraciones muy desafiantes porque penetran profundamente en el centro de mi ser, penetran en mis intenciones. Los dos específicos de hoy son la venganza … ojo por ojo y amor al enemigo. Son difíciles para mí porque van en contra de lo que quiero hacer… pero una forma en la que puedo ser más como Cristo y practicar su mensaje del sermón de la montaña es a través del perdón.
El perdón en cierto modo me permite no tomar represalias, poner la otra mejilla y amar a mis enemigos. El perdón no es simplemente una emoción o sentimiento, sino que es un acto de voluntad… necesito elegir perdonar. No significa que sea fácil o que el dolor se vaya o que la relación estará restaurada con quien te lastimó, pero el perdón te liberará, te liberará, te ayudará a ser más como Cristo.
Perdonar no significa que pretendes que no te lastimaron, no significa que tus heridas se curaron o desaparecieron de repente, perdonar significa que tomas la decisión de no seguir acusando a la persona de lo que te hicieron. No significa que estén libres de reparar cualquier daño que hayan causado, significa que has tomado la decisión de soltar esa carga. La otra persona puede que no quiera ser perdonada, o simplemente no estar lista para perdonar, pero si tu perdonas te liberas. No significa que automáticamente confíes en la persona que te lastimó, el perdón es liberar de su deuda a quien te debe. En la parábola del siervo despiadado, encontramos a uno que debía una cantidad inmensa y fue perdonado, pero luego se dio vuelta y no perdonó una cantidad menor que se le debía, por eso terminó de nuevo con su carga y sin perdón. Jesús también dice que a quien mucho se le perdona, mucho amo. A ti y a mí se nos ha perdonado mucho y por eso estamos llamados a perdonar mucho y a amar mucho.
Somos llamados a perdonar en la oración del Señor, se nos pide que perdonemos en el sermón de la montaña, porque Cristo nos perdona y estamos llamados a ser como Cristo. Perdonar significa entregar el daño, las heridas, la persona que te lastimó, al Señor, su justicia, su misericordia. La decisión de perdonar sólo puede ocurrir verdaderamente con la gracia de Dios. Perdonar, es decir; sé que he sido lastimado, sé que estoy llamado a perdonar, y no puedo hacerlo solo, por eso SEÑOR, te lo entrego, por favor acéptalo y libérame de esta carga.
El sacramento del perdón es el sacramento de la reconciliación, nos permite recibir la gracia del perdón, pero también nos ayuda a liberar nuestras cargas de falta de perdón.
El sermón de la montaña nos desafía a ser santos, perfectos, semejantes a Cristo … El perdón es una acción que nos acercará a ser santos, perfectos… semejantes a Cristo…
Bendiciones