Santa María MacKillop
Santo del día para el 19 de julio
(15 de enero de 1842 – 8 de agosto de 1909)
Según: www.franciscanmedia.org
Si Santa Maria MacKillop estuviera viva hoy, sería un nombre familiar. No es que ella buscara el centro de atención. Por el contrario, ella simplemente quería servir a los pobres donde sea que los encontrara en su Australia natal. Pero en el camino, logró despertar la ira de algunos eclesiásticos bastante poderosos. Uno incluso la excomulgó por un tiempo.
Nacida en Melbourne en 1842, de padres que habían emigrado de Escocia, María creció en una familia que enfrentaba constantes dificultades financieras. De joven, se sintió atraída por la vida religiosa, pero no pudo encontrar un orden existente de Hermanas que cubriera sus necesidades. En 1860, conoció al padre Julián Woods, quien se convirtió en su director espiritual. Juntos fundaron una nueva comunidad de mujeres: las Hermanas de San José del Sagrado Corazón, también conocidas como las Hermanas Josefita. Sus miembros debían trabajar en escuelas especialmente para niños pobres, así como en orfanatos, y hacer otras obras de caridad.
A medida que la congregación creció, también lo hicieron los problemas de María MacKillop. Su amigo sacerdote demostró ser poco confiable en muchos aspectos y sus responsabilidades de dirección de las Hermanas fueron eliminadas. Mientras tanto, María contó con el apoyo de algunos obispos locales mientras ella y sus hermanas realizaban su trabajo. Pero el obispo en el sur de Australia, envejeciendo y confiando en otros para recibir consejos, excomulgó brevemente a María, acusándola de desobediencia, y dispensó a 50 de sus Hermanas de sus votos. En verdad, la disputa del obispo era sobre el poder y quién tenía autoridad sobre quién. Finalmente rescindió su orden de excomunión.
María insistió en que su congregación debería ser gobernada por una madre general elegida que responda ante Roma, no ante el obispo local. También hubo disputas sobre si la congregación podía ser propietaria o no. Al final, Roma demostró ser la mejor fuente de apoyo de María. Después de una larga espera, la aprobación oficial de la congregación, y cómo iba a ser gobernada, vino del Papa León XIII.
A pesar de sus dificultades con las autoridades de la Iglesia, María MacKillop y sus Hermanas pudieron ofrecer servicios sociales que pocas agencias gubernamentales de Australia podrían ofrecer. Sirvieron a protestantes y católicos por igual. Enseñaban en escuelas y orfanatos y servían a madres solteras.
El dinero, en realidad la falta de él, era una preocupación constante. Pero las Hermanas que suplicaban de puerta en puerta, fueron reforzadas por la fe y por la convicción de que sus luchas eran oportunidades para acercarse a Dios.
Cuando María se acercaba al final de su vida, la congregación estaba prosperando. Murió en 1909 a la edad de 67 años. El Papa Juan Pablo II la beatificó en 1995. En 2010, cuando el Papa Benedicto XVI la canonizó, se convirtió en la primera santa de Australia. Su fiesta litúrgica es el 8 de agosto.
Reflexión
La historia de muchas fundadoras de comunidades religiosas y los cuentos de los primeros días de esas comunidades pueden ser una lectura fascinante. Esas mujeres eran dedicadas y duras y luchaban por aquellos a quienes servían. Demos gracias al Señor por levantar ejemplos tan maravillosos de fe.