Santa Maria Goretti
Santo del día para el 6 de julio
(16 de octubre de 1890 – 6 de julio de 1902)
Según: www.franciscanmedia.org
Una de las multitudes más grandes jamás reunidas para una canonización, 250,000, simboliza la reacción de millones de personas tocadas por la simple historia de Maria Goretti. Era hija de un pobre inquilino italiano, no tenía oportunidad de ir a la escuela, nunca aprendió a leer, ni a escribir. Cuando María hizo su Primera Comunión no mucho antes de su muerte a los 12 años, era una de las integrantes más grandes y más atrasadas de la clase.
En una calurosa tarde de julio, María estaba sentada en lo alto de las escaleras de su casa, reparando una camisa. No tenía 12 años, pero era físicamente madura. Un carro se detuvo afuera, y un vecino, Alessandro, de 18 años, subió corriendo las escaleras. La agarró y la llevó a una habitación. Luchó e intentó pedir ayuda. “No, Dios no lo desea”, gritó. “Es un pecado. Irías al infierno por eso. Alessandro comenzó a golpearla ciegamente con una daga larga.
María fue llevada a un hospital. Sus últimas horas estuvieron marcadas por; la simple compasión de los buenos, la preocupación acerca de dónde dormiría su madre, el perdón de su asesino (había tenido miedo de él, pero no dijo nada para no causarle problemas a su familia), y su devota bienvenida a su última comunión. Ella murió unas 24 horas después del ataque.
Alessandro fue sentenciado a 30 años de prisión. Durante mucho tiempo fue impenitente y hosco. Una noche tuvo un sueño o una visión de María recogiendo flores y ofreciéndolas. Su vida cambió. Cuando fue liberado después de 27 años, su primer acto fue pedirle perdón a la madre de María.
La devoción a la joven mártir creció, se hicieron milagros y en menos de medio siglo fue canonizada. En su beatificación en 1947, su madre de 82 años, dos hermanas y su hermano aparecieron con el papa Pío XII en el balcón de San Pedro. Tres años después, en la canonización de María, Alessandro Serenelli, de 66 años, se arrodilló entre las 250,000 personas y lloró de alegría.
Reflexión
María pudo haber tenido problemas con el catecismo, pero no tuvo problemas con la fe. La voluntad de Dios era su santidad, decencia, respeto por el cuerpo, obediencia absoluta, confianza total. En un mundo complejo, su fe era simple: es un privilegio ser amada por Dios y amarlo a toda costa. Te invito a hacer una oración, en acción de gracias por todos los mártires de la historia.