Santa Escolástica
Santo del día para el 10 de febrero
(c. 480-10 de febrero de 542)
Según: www.franciscanmedia.org
Los gemelos a menudo comparten los mismos intereses e ideas con la misma intensidad. Por lo tanto, no se es de extrañar que Escolástica y su hermano gemelo, Benedicto, establecieran comunidades religiosas a pocas millas el uno del otro.
Nacido en 480 de padres ricos, Escolástica y Benedicto se criaron juntos hasta que ella dejó el centro de Italia y se fue a Roma para continuar sus estudios.
Poco se sabe de los primeros años de Escolástica. Fundó una comunidad religiosa para mujeres cerca de Monte Cassino a cinco millas de donde su hermano gobernaba un monasterio.
Los gemelos se visitaban una vez al año en una granja porque a Escolástica no se le permitía entrar al monasterio. Pasaron este tiempo discutiendo asuntos espirituales.
Según los Diálogos de San Gregorio Magno, el hermano y la hermana pasaron juntos su último día en oración y conversación. Escolástica sintió que su muerte estaba cerca y le rogó a Benedicto que se quedara con ella hasta el día siguiente. Rechazó su solicitud porque no quería pasar una noche fuera del monasterio, rompiendo así su propia Regla. Escolástica le pidió a Dios que dejara a su hermano quedarse y se desató una fuerte tormenta que impidió que Benedicto y sus monjes regresaran a la abadía.
Benedicto gritó: “Dios te perdone, hermana. ¿Qué has hecho?” Escolástica respondió: “Te pedí un favor y te negaste. Se lo pedí a Dios y él me lo concedió”.
Hermano y hermana se separaron a la mañana siguiente después de su larga discusión. Tres días después, Benedicto estaba rezando en su monasterio y vio el alma de su hermana elevarse hacia el cielo en forma de paloma blanca. Benedicto luego anunció la muerte de su hermana a los monjes y luego la enterró en la tumba que él mismo había preparado.
Reflexión
Escolástica y Benedicto se entregaron totalmente a Dios y dieron la máxima prioridad a profundizar su amistad con él a través de la oración. Sacrificaron algunas de las oportunidades que hubieran tenido de estar juntos como hermano y hermana para poder cumplir mejor su vocación a la vida religiosa. Sin embargo, al acercarse a Cristo, descubrieron que también estaban más cerca el uno del otro. Al unirse a una comunidad religiosa, no olvidaron ni abandonaron a su familia, sino que encontraron más hermanos y hermanas. Te invito a rogar y a pedir por todos los que viven en monasterios, y por todos los que viven una vida de oración.