San Pedro de San José Betancur
Santo del día del 26 de abril
(19 de marzo de 1626-25 de abril de 1667)
Según: www.franciscanmedia.org
Centroamérica reclamó su primer santo con la canonización de Pedro de San José Betancur. Conocido como el “San Francisco de las Américas”, Pedro de Betancur es el primer santo que trabajó y murió en Guatemala.
Pedro tenía muchas ganas de convertirse en sacerdote, pero Dios tenía otros planes para el joven nacido en una familia pobre en las Islas Canarias. Pedro fue pastor hasta los 24 años, cuando comenzó a viajar a Guatemala, con la esperanza de conectarse con un pariente dedicado al servicio gubernamental allí. Cuando llegó a La Habana, se había quedado sin dinero. Después de trabajar allí para ganar más, llegó a la ciudad de Guatemala al año siguiente. Cuando llegó, estaba tan desamparado que se unió a la línea de pan que habían establecido los franciscanos.
Pronto, Pedro se inscribió en el colegio jesuita local con la esperanza de estudiar para el sacerdocio. No importo cuánto se esforzó, sin embargo, no pudo dominar el material; se retiró de la escuela. En 1655 se incorporó a la Orden Franciscana Seglar. Tres años más tarde, abrió un hospital para los pobres convalecientes; pronto siguieron un refugio para los desamparados y una escuela para los pobres. No queriendo descuidar a los ricos de la ciudad de Guatemala, Pedro comenzó a caminar por su parte de la ciudad tocando una campana e invitándolos a arrepentirse.
Otros hombres vinieron a compartir el trabajo de Pedro. De este grupo salió la Congregación de Belén, que obtuvo la aprobación papal después de la muerte de Pedro. Una comunidad de hermanas de Belén, igualmente fundada después de la muerte de Pedro, se inspiró en su vida de oración y compasión.
A veces se le atribuye el mérito de haber originado la procesión de posadas de Nochebuena en la que las personas que representan a María y José buscan una noche de alojamiento de sus vecinos. La costumbre pronto se extendió a México y otros países centroamericanos.
Pedro murió en 1667 y fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en la Ciudad de Guatemala el 30 de julio de 2002.
Calificando al nuevo santo como un “ejemplo sobresaliente” de misericordia cristiana, el Santo Padre señaló que San Pedro practicó la misericordia “heroicamente con los más humildes y desfavorecidos”. En declaraciones a los aproximadamente 500.000 guatemaltecos que asistieron, el Santo Padre habló de los males sociales que azotan al país hoy y de la necesidad de un cambio.
“Pensemos en los niños y jóvenes sin hogar o privados de educación; de mujeres abandonadas con sus múltiples necesidades; de las hordas de marginados sociales que viven en las ciudades; de las víctimas del crimen organizado, de la prostitución o de las drogas; de los enfermos abandonados y de los ancianos que viven en soledad”, dijo en su homilía durante la liturgia de tres horas.
Reflexión
Como seres humanos, a menudo nos enorgullecemos de nuestra capacidad para razonar. Pero como muestra la vida de Pedro, otras habilidades pueden ser un elemento aún más crucial de nuestra humanidad que una mente inteligente: compasión, imaginación, amor. Incapaz de dominar los estudios para el sacerdocio a pesar de sus esfuerzos, Pedro respondió a las necesidades de las personas sin hogar y enfermas; proporcionó educación a los pobres y salvación a los ricos. Se hizo santo, tan plenamente humano como cualquiera de nosotros pueda serlo. Te invito a reflexionar sobre la vida de Pedro y a pedirle a Dios que te enseñe a como responder con tu vida.
