San Pedro Crisólogo
Santo del día para el 5 de noviembre
(c. 406 – c. 450)
Según: www.franciscanmedia.org
Un hombre que persigue vigorosamente una meta puede producir resultados mucho más allá de sus expectativas y sus intenciones. Así fue con Pedro “de las Palabras Doradas”, como lo llamaban, quien de joven se convirtió en obispo de Rávena, la capital del imperio en Occidente.
En ese momento hubo abusos y rastros de paganismo evidentes en su diócesis, y a esto Pedro estaba decidido a luchar y vencer. Su arma principal fue el sermón corto, y muchos de ellos nos han llegado. No contienen gran originalidad de pensamiento. Sin embargo, están llenos de aplicaciones morales, son sólidas en doctrina e históricamente significativas porque revelan la vida cristiana en Ravena en el siglo quinto. Tan auténticos fueron los contenidos de sus sermones que unos 13 siglos después, el Papa Benedicto XIII lo declaró doctor de la Iglesia. El que había buscado fervientemente enseñar y motivar a su propio rebaño fue reconocido como maestro de la Iglesia universal.
Además de su celo en el ejercicio de su cargo, Pedro Crisólogo se distinguió por una lealtad feroz a la Iglesia, no solo en su enseñanza, sino también en su autoridad. Consideraba el aprendizaje no como una mera oportunidad, sino como una obligación para todos, como un desarrollo de las facultades dadas por Dios y como un sólido apoyo para la adoración a Dios.
Algún tiempo antes de su muerte alrededor del año 450 d. C., San Pedro Crisólogo regresó a su lugar de nacimiento en el norte de Italia.
Reflexión
Muy probablemente, fue la actitud de San Pedro Crisólogo hacia el aprendizaje lo que dio sustancia a sus exhortaciones. Junto a la virtud, el aprendizaje, en su opinión, fue la mayor mejora para la mente humana y el apoyo de la verdadera religión. La ignorancia no es una virtud, ni lo es el anti-intelectualismo. El conocimiento no es ni más ni menos una fuente de orgullo de destreza física, administrativa o financiera. Ser completamente humanos es expandir nuestro conocimiento, ya sea sagrado o secular, de acuerdo con nuestro talento y oportunidad. Te invito a pedirle a Dios que te habrá al aprendizaje y al conocimiento, no solo secular pero mas aun sagrado.