San Luis de Toulouse
Santo del día para el 18 de agosto
(9 de febrero de 1274 – 19 de agosto de 1297)
Segun: www.franciscanmedia.org
¡Cuando murió a los 23 años, Luis ya era franciscano, obispo y santo!
Los padres de Luis fueron Carlos II de Nápoles, y María, hija del rey de Hungría. Luis estaba relacionado con San Luis IX por parte de su padre y con Isabel de Hungría por parte de su madre.
Luis mostró signos tempranos de apego a la oración y a las obras corporales de misericordia. Cuando era niño, solía tomar comida del castillo para alimentar a los pobres. Cuando tenía 14 años, Luis y dos de sus hermanos fueron llevados como rehenes a la corte del rey de Aragón como parte de un acuerdo político que involucro al padre de Luis. En la corte, Luis fue instruido por frailes franciscanos bajo los cuales hizo un gran progreso tanto en sus estudios como en la vida espiritual. Al igual que San Francisco, desarrolló un amor especial por los afectados por la lepra.
Mientras todavía era un rehén, Luis decidió renunciar a su título real y convertirse en sacerdote. Cuando tenía 20 años, se le permitió abandonar la corte del rey de Aragón. Renunció a su título a favor de su hermano Roberto y fue ordenado al año siguiente. Poco después, fue nombrado obispo de Toulouse, pero el Papa aceptó la solicitud de Luis de convertirse primero en franciscano.
El espíritu franciscano impregnaba a Luis. “Jesucristo es toda mi riqueza; él solo es suficiente para mí”, Luis repetía constantemente. Incluso como obispo vestía el hábito franciscano y a veces rogaba. Asignó a un fraile para que le ofreciera corrección en público si fuera necesario, y el fraile hizo su trabajo.
El servicio de Luis a la diócesis de Toulouse fue muy bendecido. En poco tiempo fue considerado un santo. Luis destinó el 75 por ciento de sus ingresos como obispo para alimentar a los pobres y mantener iglesias. Cada día alimentaba a 25 personas pobres en su mesa.
Luis fue canonizado en 1317 por el Papa Juan XXII, uno de sus antiguos maestros. Su fiesta litúrgica es el 19 de agosto.
Reflexión
Cuando el cardenal Hugolino, el futuro papa Gregorio IX, le sugirió a Francisco que algunos de los frailes serían buenos obispos, Francisco protestó porque podrían perder parte de su humildad y simplicidad si se les designaba para esos cargos. Esas dos virtudes son necesarias en todas partes de la Iglesia, y Luis nos muestra cómo pueden ser vividas por los obispos. Te invito a vivir una vida en simplicidad y humildad.
