San Junípero Serra
Santo del día para el 1 de julio
(24 de noviembre de 1713 – 28 de agosto de 1784)
Según: www.franciscanmedia.org
En 1776, cuando la Revolución Americana comenzaba en el este, apenas estaba comenzando la civilización en lo que conocemos como el estado de California. Ese año, un franciscano de túnica gris fundó la Misión de San Juan Capistrano, ahora famosa por sus golondrinas que regresan anualmente. San Juan fue la séptima de las nueve misiones establecidas bajo la dirección de este franciscano de origen español.
Nacido en la isla española de Mallorca, Serra ingresó a la Orden Franciscana tomando el nombre del compañero infantil de San Francisco, el hermano Junípero. Hasta los 35 años, pasó la mayor parte de su tiempo en el aula, primero como estudiante de teología y luego como profesor. También se hizo famoso por su predicación.
De repente, lo dejó todo y siguió el anhelo que había comenzado años antes cuando se enteró de la obra misioneras de San Francisco Solano en América del Sur. El deseo de Junípero era convertir a los pueblos nativos en el Nuevo Mundo.
Al llegar en barco a Vera Cruz, México, él y un compañero caminaron 250 millas hasta la Ciudad de México. En el camino, su pierna izquierda se infectó por una picadura de insecto lo cual se volvió su cruz, por el resto de su vida.
Durante 18 años trabajó en el centro de México y en la península de Baja California. Se convirtió en presidente de las misiones allí.
Junípero hizo el largo viaje a la Ciudad de México para resolver grandes diferencias con el comandante militar. Llegó al punto de la muerte. El resultado fue sustancialmente lo que Junípero buscó: el famoso “Reglamento” que protege a los indios y las misiones. Fue la base de la primera legislación importante en California, una “Declaración de Derechos” para los nativos americanos.
Como los nativos americanos vivían una vida no humana desde el punto de vista español, los frailes se convirtieron en sus guardianes legales. Los nativos americanos se mantuvieron en la misión después del bautismo para que no se corrompieran en sus antiguas guaridas, una medida que ha provocado gritos de “injusticia” por parte de algunos modernos.
La vida misionera de Junípero fue una larga batalla contra el frío y el hambre, con comandantes militares antipáticos e incluso con peligro de muerte por parte de pueblos nativos no cristianos. A pesar de todo, su celo insaciable fue alimentado por la oración todas las noches, a menudo desde la medianoche hasta el amanecer. Bautizó a más de 6,000 personas y confirmó 5,000. Sus viajes habrían dado la vuelta al globo. Trajo a los nativos americanos no solo el don de la fe sino también un nivel de vida decente. Se ganó su amor, como lo atestigua especialmente su dolor por su muerte.
Junípero participo en muchas misiones: Monterey / Carmelo (1770); San Antonio y San Gabriel (1771); San Luís Obispo (1772); San Francisco y San Juan Capistrano (1776); Santa Clara (1777); San Buenaventura (1782). Y aun doce más fueron fundadas después de la muerte de Serra.
Él está enterrado en Misión San Carlo Borromeo, Carmelo, y fue beatificado en 1988. El Papa Francisco lo canonizó en Washington, DC, el 23 de septiembre de 2015.
Reflexión
¿Piensa en la vida de Junípero, y pregúntate que puedes hacer hoy para ayudar a un necesitado?