San Juan Leonardi
Santo del día para el 8 de octubre
(1541 – 9 de octubre de 1609)
Según: www.franciscanmedia.org
“¡Soy solo una persona! ¿Por qué debería hacer algo? ¿Qué bien haría? Hoy, como en cualquier edad, las personas parecen estar plagadas del dilema de involucrarse. A su manera, Juan Leonardi respondió a estas preguntas. Él eligió hacerse sacerdote.
Después de su ordenación, el p. Leonardi se volvió muy activo en los trabajos del ministerio, especialmente en hospitales y prisiones. El ejemplo y la dedicación de su trabajo atrajeron a varios jóvenes laicos que comenzaron a ayudarlo. Más tarde se convirtieron en sacerdotes.
Juan vivió después de la Reforma protestante y el Concilio de Trento. Él y sus seguidores proyectaron una nueva congregación de sacerdotes diocesanos. Por alguna razón, el plan, que finalmente fue aprobado, provocó una gran oposición política. Juan fue exiliado de su ciudad natal en Italia, por casi el resto de su vida. Recibió aliento y ayuda de San Felipe Neri, quien le dio alojamiento.
En 1579, Juan formó la Cofradía de la Doctrina Cristiana y publicó un compendio de doctrina cristiana que permaneció en uso hasta el siglo XIX.
El padre Leonardi y sus sacerdotes se convirtieron en un gran poder para el bien en Italia, y su congregación fue confirmada por el papa Clemente en 1595. Juan murió a la edad de 68 años de una enfermedad que se contagiaba cuando atendía a los afectados por la plaga.
Por la política deliberada del fundador, los Secretarios Regulares de la Madre de Dios nunca han tenido más de 15 iglesias, y hoy en día solo forman una congregación muy pequeña. La fiesta litúrgica de San Juan Leonardi es el 9 de octubre.
Reflexión
¿Qué puede hacer una persona? ¡La respuesta es suficiente! En la vida de cada santo, una cosa está clara: ¡Dios y una persona son mayoría! Lo que un individuo, siguiendo la voluntad y el plan de Dios para su vida, puede hacer es más de lo que nuestra mente podría esperar o imaginar. Cada uno de nosotros, como Juan Leonardi, tiene una misión que cumplir en el plan de Dios para el mundo. Cada uno de nosotros es único y se le ha dado talento para usar al servicio de nuestros hermanos y hermanas para la construcción del reino de Dios. Te invito a pedirle a Dios que te revele su misión para que junto a él puedas cumplir tu propósito.
