San Juan José de la Cruz
Santo del día del 5 de marzo
(15 de agosto de 1654-5 de marzo de 1734)
Según: www.franciscanmedia.org
La abnegación nunca es un fin en sí mismo, sino sólo una ayuda hacia una mayor caridad, como muestra la vida de San Juan José.
Juan José fue muy ascético incluso cuando era joven. A los 16, se unió a los franciscanos en Nápoles; fue el primer italiano en seguir el movimiento reformista de San Pedro Alcántara. La reputación de santidad de Juan José llevó a sus superiores a ponerlo a cargo de establecer un nuevo convento incluso antes de que fuera ordenado.
La obediencia movió a Juan José a aceptar nombramientos como maestro de novicios, guardián y, finalmente, provincial. Sus años de mortificación le permitieron ofrecer estos servicios a los frailes con gran caridad. Como guardián no estaba por encima de trabajar en la cocina o llevar la leña y el agua que necesitaban los frailes.
Cuando expiró su mandato como provincial, Juan José se dedicó a escuchar confesiones y practicar la mortificación. Juan José de la Cruz fue canonizado en 1839.
Reflexión
La mortificación de Juan José le permitió ser el tipo de superior indulgente que pretendía san Francisco. La abnegación debería llevarnos a la caridad, no a la amargura; debería ayudarnos a aclarar nuestras prioridades y hacernos más amorosos. Te invito a pedirle a Dios que te ayude aceptar los sacrificios que haces por crecer en santidad.