San Juan Fisher
Santo del día del 23 de junio
(1469-22 de junio de 1535)
Según: www.franciscanmedia.org
Juan Fisher suele estar asociado con Erasmo, Tomas Moro y otros humanistas del Renacimiento. Su vida, por tanto, no tuvo la sencillez externa que se encuentra en la vida de algunos santos. Más bien, era un hombre de conocimiento, asociado con los intelectuales y líderes políticos de su época. Estaba interesado en la cultura contemporánea y finalmente se convirtió en canciller de Cambridge. Lo habían nombrado obispo a los 35 años y uno de sus intereses era elevar el nivel de la predicación en Inglaterra. El propio Fisher fue un consumado predicador y escritor. Sus sermones sobre los salmos penitenciales se reimprimieron siete veces antes de su muerte. Con la llegada del luteranismo, se vio envuelto en una controversia. Sus ocho libros contra la herejía le dieron una posición de liderazgo entre los teólogos europeos.
En 1521, se le pidió a Fisher que estudiara la cuestión del matrimonio del rey Enrique VIII con Catalina de Aragón, la viuda de su hermano. Incurrió en la ira de Enrique al defender la validez del matrimonio del rey con Catalina y luego al rechazar la afirmación de Enrique de ser el jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra.
En un intento por deshacerse de él, Enrique primero acusó a Fisher de no informar de todas las “revelaciones” de la monja de Kent, Elizabeth Barton. En estado de salud débil, Fisher fue convocado para prestar juramento al nuevo Acta de Sucesión. Él y Tomas Moro se negaron a hacerlo porque la ley presumía la legalidad del divorcio de Enrique y su pretensión de ser el jefe de la Iglesia inglesa. Fueron enviados a la Torre de Londres, donde Fisher permaneció 14 meses sin juicio. Finalmente, ambos hombres fueron condenados a cadena perpetua y pérdida de bienes.
Cuando los dos fueron llamados a más interrogatorios, permanecieron en silencio. Suponiendo que hablaba en privado como sacerdote, Fisher fue engañado para que declarara de nuevo que el rey no era el jefe supremo de la iglesia en Inglaterra. El rey, aún más enojado porque el Papa había nombrado cardenal a Juan Fisher, lo llevó a juicio por el cargo de alta traición. Fue condenado y ejecutado, su cuerpo estuvo todo el día tendido en el cadalso y su cabeza colgó del Puente de Londres. Moro fue ejecutado dos semanas después. Su fiesta litúrgica es el 22 de junio.
Reflexión
Hoy en día se plantean muchas preguntas sobre la participación activa de cristianos y sacerdotes en cuestiones sociales. Juan Fisher permaneció fiel a su vocación como sacerdote y obispo. Apoyó firmemente las enseñanzas de la Iglesia; la causa misma de su martirio fue su lealtad a Roma. Estuvo involucrado en los círculos de enriquecimiento cultural, así como en las luchas políticas de su tiempo. Esta implicación le llevó a cuestionar la conducta moral de los dirigentes de su país. “La Iglesia tiene el derecho, de hecho, el deber, de proclamar la justicia a nivel social, nacional e internacional, y de denunciar los casos de injusticia, cuando los derechos fundamentales del hombre y su misma salvación lo exijan” (Justicia en el Mundo, 1971 Sínodo de los obispos). Te invito a orar por nuestros lideres creyentes y no creyentes, para que Dios les de la sabiduría a poder imitar a Jesús como líder.