San José Obrero
Santo del día del 1 de mayo
Según: www.franciscanmedia.org
Para fomentar la profunda devoción a San José entre los católicos, y en respuesta a las celebraciones del “Primero de Mayo” para los trabajadores patrocinadas por los comunistas, el Papa Pío XII instituyó la fiesta de San José el Obrero en 1955. Esta fiesta amplía la larga relación entre José y la causa de los trabajadores tanto en la fe católica como en la devoción. A partir del libro del Génesis, la dignidad del trabajo humano se ha celebrado durante mucho tiempo como una participación en el trabajo creativo de Dios. Mediante el trabajo, la humanidad cumple el mandato que se encuentra en Génesis de cuidar la tierra (Gn 2:15) y ser productivo en sus labores. San José, carpintero y padre adoptivo de Jesús, es solo un ejemplo de la santidad del trabajo humano.
Jesús también era carpintero. Aprendió el oficio de San José y pasó sus primeros años de adulto trabajando codo a codo en el taller de carpintería de José antes de partir para continuar su ministerio como predicador y sanador. En su encíclica Laborem Exercens, el Papa Juan Pablo II afirmó: “la Iglesia considera que es su tarea siempre llamar la atención sobre la dignidad y los derechos de quienes trabajan, condenar las situaciones en las que se violan esa dignidad y esos derechos, y ayudar a orientar los cambios [sociales] para asegurar un auténtico progreso del hombre y de la sociedad”.
San José se presenta como modelo de tal trabajo. Pío XII lo enfatizó cuando dijo: “El espíritu fluye hacia ti y hacia todos los hombres desde el corazón del Dios-hombre, Salvador del mundo, pero ciertamente, ningún obrero fue jamás penetrado más completa y profundamente por él que el padre adoptivo de Jesús, que vivió con Él en la más íntima intimidad y comunidad de vida familiar y laboral”.
Reflexión
Para plasmar la devoción a San José dentro de la liturgia católica, en 1870, el Papa Pío IX declaró a San José patrón de la Iglesia universal. En 1955, el Papa Pío XII añadió la fiesta de San José Obrero. Este santo silencioso, al que se le encomendó la noble tarea de cuidar y velar por la Virgen María y Jesús, ahora cuida y vela por la Iglesia y modela toda la dignidad del trabajo humano. Te invito a reflexionar sobre tu trabajo y labor. Todo trabajo honrado tiene dignidad, pídele a Dios que te ayude a ver esa dignidad y hacer el mejor trabajo que tu puedas hacer diariamente.