San Gabriel de Nuestra Señora de los Dolores
Santo del día para el 27 de febrero
(1 de marzo de 1838-27 de febrero de 1862)
Según: www.franciscanmedia.org
Nacido en Italia en el seno de una familia numerosa y bautizado como Francisco, San Gabriel perdió a su madre cuando solo tenía cuatro años. Fue educado por los jesuitas y, habiendo sido curado dos veces de graves enfermedades, llegó a creer que Dios lo estaba llamando a la vida religiosa. El joven Francisco deseaba unirse a los jesuitas, pero fue rechazado, probablemente debido a su edad, que aún no tenía 17 años. Tras la muerte de una hermana por cólera, su determinación de entrar en la vida religiosa se hizo aún más fuerte y fue aceptado por los Pasionistas. Al ingresar al noviciado se le dio el nombre de Gabriel de Nuestra Señora de los Dolores.
Siempre popular y alegre, Gabriel rápidamente tuvo éxito en su esfuerzo por ser fiel en las pequeñas cosas. Su espíritu de oración, amor a los pobres, consideración de los sentimientos ajenos, fiel observancia de la Regla Pasionista así como sus penitencias corporales —siempre sometidas a la voluntad de sus sabios superiores— impresionaron profundamente a todos.
Sus superiores tenían grandes expectativas de Gabriel mientras se preparaba para el sacerdocio, pero después de solo cuatro años de vida religiosa aparecieron síntomas de tuberculosis. Siempre obediente, soportó pacientemente los dolorosos efectos de la enfermedad y las restricciones que requería, sin pedir atención especial. Murió en paz el 27 de febrero de 1862, a los 24 años, habiendo sido un ejemplo tanto para jóvenes como para mayores.
San Gabriel de Nuestra Señora de los Dolores fue canonizado en 1920.
Reflexión
Cuando pensamos en lograr una gran santidad haciendo pequeñas cosas con amor y gracia, primero nos viene a la mente Teresa de Lisieux. Como ella, Gabriel murió dolorosamente de tuberculosis. Juntos nos instan a ocuparnos de los pequeños detalles de la vida diaria, a ser considerados con los sentimientos de los demás todos los días. Nuestro camino hacia la santidad, como el de ellos, probablemente no radica en actos heroicos, sino en realizar pequeños actos de bondad todos los días. Te invito a dedicar cada acto que hagas a Dios, no importa que tan pequeño te lo encuentres.