San Dámaso I
Santo del día para el 11 de diciembre
(304 – 11 de diciembre de 384)
Según: www.franciscanmedia.org
Para su secretario San Jerónimo, Dámaso era “una persona incomparable, aprendida en las Escrituras, un doctor virgen de la Iglesia virgen, que amaba la castidad y escuchaba sus alabanzas con placer”. Dámaso rara vez escuchó tales elogios desenfrenados. Las luchas políticas internas, las herejías doctrinales, las relaciones incómodas con sus compañeros obispos y los de la Iglesia del Este estropearon la paz de su pontificado.
Hijo de un sacerdote romano, posiblemente de origen español, Dámaso comenzó como diácono en la iglesia de su padre, y sirvió como sacerdote en lo que más tarde se convirtió en la basílica de San Lorenzo en Roma. Sirvió al Papa Liberio (352-366) y lo siguió al exilio.
Cuando murió Liberio, Dámaso fue elegido obispo de Roma; pero una minoría eligió y consagró a otro diácono, Ursinus, como papa. La controversia entre Damaso y el antipapa resultó en violentas batallas en dos basílicas, escandalizando a los obispos de Italia. En el sínodo que Damaso convocó con motivo de su cumpleaños, les pidió que aprobaran sus acciones. La respuesta de los obispos fue cortante: “Nos reunimos para un cumpleaños, no para condenar a un hombre desconocido”. Los partidarios del antipapa incluso lograron que Damaso fuera acusado de un delito grave, probablemente sexual, hasta el año 378 d.C. Tuvo que limpiarse ante un tribunal civil y un sínodo de la Iglesia.
Como papa, su estilo de vida era simple en contraste con otros eclesiásticos de Roma, y fue feroz en su denuncia del arrianismo y otras herejías. Un malentendido de la terminología trinitaria utilizada por Roma amenazó las relaciones amistosas con la Iglesia del Este, y Dámaso solo tuvo un éxito moderado al enfrentar ese desafío.
Durante su pontificado, el cristianismo fue declarado la religión oficial del estado romano, y el latín se convirtió en el idioma litúrgico principal como parte de las reformas del Papa. Su estímulo a los estudios bíblicos de San Jerónimo condujo a la Vulgata, la traducción latina de la Escritura que 12 siglos después el Concilio de Trento declaró “auténtica en las lecturas públicas, las disputas, la predicación”.
Reflexión
La historia del papado y la Iglesia está mezclada con la biografía personal de Dámaso. En un período problemático y crucial de la historia de la Iglesia, se destaca como un entusiasta defensor de la fe que sabía cuándo ser progresista y cuándo afianzarse.
Dámaso nos hace conscientes de dos cualidades de buen liderazgo: estar alerta a los impulsos del Espíritu y servicio. Sus luchas son un recordatorio de que Jesús nunca prometió su protección contra los vientos huracanados ni la inmunidad de sus seguidores contra las dificultades. Su única garantía es la victoria final. Te invito a pedir por la perseverancia, para que Dios te ayude a seguir adelante, contra viento y marea.