San Benito José Labre
Santo del día del 17 de abril
(25 de marzo de 1748-17 de abril de 1783)
Según: www.franciscanmedia.org
Benito José Labre era verdaderamente excéntrico, uno de los pequeños especiales de Dios. Nacido en Francia y el mayor de 18 hermanos, estudió con su tío, párroco. Debido a su mala salud y la falta de preparación académica adecuada, no tuvo éxito en sus intentos de ingresar a la vida religiosa. Luego, a los 16 años, se produjo un cambio profundo. Benito perdió el deseo de estudiar y abandonó todo pensamiento sobre el sacerdocio, para consternación de sus familiares.
Se convirtió en peregrino, viajando de un gran santuario a otro, viviendo de la limosna. Vestía harapos de mendigo y compartía su comida con los pobres. Lleno del amor a Dios y al prójimo, Benito tenía especial devoción a la Santísima Madre y al Santísimo Sacramento. En Roma, donde vivió en el Coliseo durante un tiempo, lo llamaron “el pobre de la devoción de las cuarenta horas” y “el limosnero de Roma”. La gente aceptó su aspecto andrajoso mejor que él. Su excusa para sí mismo fue que “nuestro consuelo no está en este mundo”.
El 16 de abril de 1783, el último día de su vida, Benito se arrastró a una iglesia en Roma y oró allí durante dos horas antes de colapsar y morir pacíficamente en una casa cercana. Inmediatamente después de su muerte, la gente lo proclamó santo.
Benito José Labre fue canonizado por el Papa León XIII en 1881. Su fiesta litúrgica es el 16 de abril.
Reflexión
En un centro urbano moderno, un personaje local se arrodilla durante horas en la acera y reza. Envuelto en todo su guardarropa en invierno y verano, saluda a todos con una bendición. Nadie sabe dónde duerme, pero seguramente es un descendiente espiritual directo de Benito, el hombre andrajoso que durmió en las ruinas del Coliseo de Roma. En estos días atribuimos tal comportamiento a la enfermedad mental; Los contemporáneos de Benito lo llamaron santo. La santidad siempre está un poco loca para los estándares terrenales. Te invito a reflexionar sobre la diferencia del pensamiento del mundo y de lo celestial.