San Agustín de Hipopótamo
Santo del día para el 28 de agosto
(13 de noviembre de 354 – 28 de agosto de 430)
Según: www.franciscanmedia.org
Un cristiano de 33 años, un sacerdote de 36 años, un obispo de 41 años: muchas personas están familiarizadas con el bosquejo biográfico de Agustín de Hipopótamo, pecador convertido en santo. Pero realmente conocer al hombre es una experiencia gratificante.
Rápidamente surge la intensidad con la que vivió su vida, ya sea que su camino se alejara o se acercara a Dios. Las lágrimas de su madre, las instrucciones de Ambrosio y, sobre todo, el propio Dios que le hablaba en las Escrituras, redirigieron el amor de la vida de Agustín a una vida de amor.
Habiendo estado tan profundamente inmerso en el orgullo de la vida de la criatura en sus primeros días y bebiendo profundamente de sus amarguras, no es sorprendente que Agustín se haya vuelto, con una ferocidad sagrada, contra los muchos ataques de demonios desenfrenados en su día. Sus tiempos fueron verdaderamente decadentes: política, social, moral. Era a la vez temido y amado, como el Maestro. La crítica perenne dirigida contra él: un rigor fundamental.
En su día, Agustín cumplió providencialmente el oficio de profeta. Al igual que Jeremías y otros grandes, estaba en apuros, pero no podía quedarse callado. “Me digo a mí mismo, no lo mencionaré / ya no hablaré en su nombre / Pero luego se vuelve como fuego ardiendo en mi corazón / aprisionado en mis huesos / Me canso de sostenerlo / No puedo soportarlo” (Jeremías 20: 9).
Reflexión
Agustín todavía es aclamado y condenado en nuestros días. Él es un profeta por hoy, anunciando la necesidad de desechar escapismos y enfrentarse cara a cara con responsabilidad personal y dignidad. De igual manera hermano/a serás alagado y condenado en el camino de la cristiandad, estas preparado para seguir adelante, hacia Dios, no importa la crítica?