Sé que has escuchado sobre la fe, la esperanza y el amor en el ámbito cristiano, ¿pero que es la fe, que es la esperanza o el amor? La fe, la esperanza y el amor se pueden describir de muchas formas, pero muchas veces no entendemos cómo aplicarlas o como se aplican en nuestras vidas. La fe, la esperanza y el amor son conocidas como virtudes, porque son un regalo de Dios, nos ayudan a conocer, a creer y amar a Dios y a nuestros prójimos. Estas virtudes nos ayudan a tener más confianza en Dios y a conocer más de él, por esta razón me gustaría presentarte un punto de vista simple o una forma de pensar en la fe, la esperanza y el amor.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
¿Qué es la fe?
Escuché la fe descrita como la gracia de poder ver a Dios en tu pasado. En otras palabras, poder ver la mano de Dios en tu vida, ser capaz de descifrar la forma en que Dios se te revela. Creo que esta es una manera importante de ver la fe, porque muchas veces vemos la fe como supersticiosa o fuera de razón. A veces puedes ver la fe como algo inexplicable o tener que dar un salto ciego y creo que sí, hay un aspecto que requiere un salto, pero no creo que sea ciego o fuera de razón. Un ejemplo que escuché que fue interesante para mí fue este: si está interesado en una persona, ¿qué hace para obtener más información sobre la persona? Puedes investigar a la persona, puedes estar cerca de la persona, puedes buscarla en Google, puedes observar a la persona, puedes preguntarles a otros acerca de la persona y puedes crear una conclusión basada en toda la información que hayas reunido, puedes obtenga mucha información basada en tu razón y la información que has asegurado.
Esta información te revela algo sobre esta persona y de una forma u otra la información te dice algo sobre la persona. Ahora digamos que te gusta la información que has asegurado, lo que has visto y lo que sete ha revelado sobre la persona, ¿cómo puedes obtener más información? ¿cómo puedes conocer la persona mejor? El siguiente paso sería que realmente hables con la persona, si la persona te habla, puede confiar en ti y por sus revelaciones, descubres aún más sobre esta persona, la conoces mejor, nada de lo que hiciste te revelaría más sobre la persona que la persona misma.
Cuando la persona habla contigo, se comunica contigo y se abre, puedes conocer más sobre la persona. Con toda la información que has asegurado, que se te ha compartido y que la persona te ha revelado, debes tomar una decisión, ¿aceptas lo que la persona te dice, la información que te ha revelado? ¿Aceptas la información que la persona te comparte como cierto, como verdad o no la aceptas? Cualquiera que sea la decisión que tomes, aceptes o rechaces lo que te ha sido revelado por esta persona, aceptarías lo que la persona te revela en fe… debes decidir si aceptarlo, si creerlo. Eso es lo que sucede con cada una de nuestras relaciones. Damos un salto de fe para aceptar lo que la persona nos revela; no es verificable por un método científico o por evidencia empírica.
No me estoy refiriendo a si la persona fue a la universidad o no, o si la persona fue sincera sobre su dirección postal, a pesar de que esa información te puede ayudar a construir esa confianza o la capacidad de dar el salto de fe. Me refiero más a si la persona es una persona amable, si la persona es una persona honesta, si la persona se preocupa por ti, si la persona tiene buenas intenciones hacia ti. Estos pedazos de información no son verificables por un sistema objetivo o un método científico, sin embargo, saltamos a estas conclusiones, decisiones o relaciones todo el tiempo en fe.
Hebreos 11:6
Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan.
Lo mismo puede decirse de Dios, de la fe en Dios. La fe en Dios es fe en una relación con Dios. Hay muchas cosas que podemos reunir a través de la razón acerca de Dios. Podemos aprender sobre su belleza, a través de la creación, podemos aprender mucho sobre Dios, a través de nuestra razón y la investigación, pero Dios se revela a cada uno de nosotros individualmente. Esta revelación de sí mismo para nosotros es esa construcción de la relación. Dios no te revelará más de lo que estás listo para recibir o puedas manejar, muchas veces el problema es que no reconocemos lo que Dios nos ha revelado o siempre se está revelando a nosotros.
Según lo que nos ha revelado, podemos llegar a conocerlo cada vez más. En el momento en que reconocemos que Dios se te revela, debes tomar una decisión en fe, la decisión es: si aceptas lo que Dios te ha revelado, confías en él o no lo aceptas. Cuando das ese salto de fe y aceptas lo que te ha revelado, sería lo mismo que dar un salto de fe en una relación con otra persona, en la que crees y aceptas en función de lo que te ha sido revelado.
Piensa en esto, si solo basamos nuestras relaciones humanas en lo que puedes comprobar absolutamente a través de la razón analítica, no confiarás, ni amaras, en profundidad. Como humanos ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos completamente; ¿cómo podremos conocer a alguien más por completo? Lo mismo se aplica a Dios, si sientes que necesitas comprobar la confianza, la relación con Dios de forma analítica, no alcanzarás un nivel de confianza o amor verdadero. Piensa en el matrimonio, cuando te casas estás dando un salto de fe en esa relación, no es irracional, pero tu confianza en esa persona va más allá de lo que puedes comprobar por medio de la razón. Eso es precisamente la fe, es confianza en lo que se te ha revelado y ver a Dios en lo que el te ha revelado.
Juan 20:29
Jesús le dijo: “¿Porque Me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron.”
¿Qué es la Esperanza?
1 Corintios 13:13
Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Usamos la palabra esperanza todos los días, esperamos tener un buen día, esperamos que no llueva, esperamos que llueva, esperamos que el auto arranque por la mañana, esperamos que los niños tengan un buen día en la escuela. Usamos el término con frecuencia, con un sentido de optimismo, espero que el equipo gane el juego. Te invito a que mires, reflexiones o pienses más allá de la visión optimista de la esperanza que tenemos y que pienses en la esperanza como una convicción. Al referirnos a la esperanza, como en el versículo anterior y en muchos otros versículos de la Biblia, Dios no se refiere a una visión optimista. La esperanza bíblica está enraizada en la fe. Si volvemos a la fe, dijimos que la fe es un salto o una aceptación de una relación, de una persona y creer en la relación o persona basada en una combinación de nuestro razonamiento y lo que se nos ha sido revelado. Otra forma de describir la fe es confiar y poner nuestra fe en una persona o relación, y por medio de eso estamos afirmando que estamos aceptando o creyendo lo que simboliza la persona o relación, la fe es construir una relación basada en la confianza.
Romanos 15:13
Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
La esperanza bíblica no es un pensamiento optimista, no es solo una ilusión, la esperanza bíblica se basa en la fe, en la confianza que se ha construido sobre la relación que se ha formentado. La esperanza es extender la fe al futuro, en otras palabras, la esperanza es extender la confianza que tienes en la persona o relación hacia el futuro. Si tu madre siempre te ha demostrado que te ama, que siempre está ahí para ti, cuando piensas en tu pasado ves que siempre ha estado ahí y te ha ayudado durante toda tu vida, existe un nivel de confianza o fe en lo que tu relación con tu madre representa. La esperanza afirma que, debido a la confianza que se ha construido en esa relación, tu espera o anticipas que tu madre continuará estando ahí para ti, continuará amándote en el futuro, en los años venideros. Del mismo modo, la esperanza bíblica, la esperanza cristiana es confiar en Dios con una perspectiva futurista pero basada en tu presente y pasado. La relación que has construido y estás construyendo con Dios, la fe que tienes en Dios (basada en tu presente y pasado) te da la esperanza de que no estarás solo en el futuro. Saber que Dios siempre ha estado ahí para ti, que nunca te ha fallado, te da la convicción, la esperanza de que él estará ahí para ti en el futuro y tampoco te fallará.
Romanos 8:18-25
Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. 19 Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de Aquél que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación[a] misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto. 23 Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. 24 Porque en esperanza hemos sido salvados, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?[b] 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia (perseverancia) lo aguardamos.
Quizás podrías pensar, si Dios estuvo contigo y nunca falló, ¿por qué te sucedieron o te hicieron cosas malas? Para responder eso, necesitaría entrar en una explicación profunda que nos alejará del tema presente, pero en una respuesta muy breve, la razón por la que tenemos sufrimiento, por qué suceden cosas malas es por el pecado original y nuestra naturaleza caída. Pero ¿por qué Dios permite que continúen sucediendo cosas malas? Nuevamente, solo como una respuesta rápida, nos permite (como humanidad) tomar nuestras propias decisiones debido al libre albedrío, como resultado del libre albedrío, suceden cosas malas porque como humanos tomamos la decisión de hacer el mal. Por ejemplo, por el libre albedrio yo puedo vivir una vida de pecado y no valorar a las personas o las cosas, como tal cometo crímenes porque no valoro a los demás, estos crímenes te pueden afectar a ti, aunque tu no haigas hecho nada malo, pero yo sí, yo te puedo robar, o lastimar, hasta matar, por tomar decisiones sin valorar los demás.
La esperanza no significa que no te sucederán cosas malas, la esperanza no significa que no encontrarás pruebas y tribulaciones, porque el pecado original ya ocurrió, tenemos una naturaleza caída y está el libre albedrío. Lo mejor de Dios es que, aunque tengamos una naturaleza caída, fallamos, caemos, lo rechazamos, elegimos imprudentemente, él siempre ha estado ahí y estará ahí para nosotros. Esa es la esperanza de la que estoy hablando, la esperanza que se basa en la fe y la confianza. Una convicción mientras camino a través de pruebas y tribulaciones, mientras sufro, mientras soporto altibajos, Dios está conmigo y no me abandonará. Esta esperanza me dice que hay un gran futuro, que a pesar de que parece que estamos peleando batallas a diario, Dios ya gano la guerra. La esperanza de que haya un futuro mejor para todos los que decidieron participar en él. La convicción de que podría no tener la respuesta de por qué están sucediendo las cosas, cómo están sucediendo o cuándo sucederán las cosas, pero sabiendo que, en última instancia, Dios tiene el control y que él tiene mi mejor interés en la mano. Algo que me ayuda a seguir confiando o esperando es darme cuenta de que no conozco el futuro, pero Dios sí, y reconociendo que él tiene mi mejor interés y que sabe lo que viene, es la mejor persona para guiarme a través de todo.
¿Qué es el Amor?
1 Corintios 13:1-13
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. 2 Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. 3 Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado[a], pero no tengo amor, de nada me aprovecha.
4 El amor es paciente, es bondadoso. El amor no tiene envidia[b]; el amor no es jactancioso, no es arrogante. 5 No se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido. 6 El amor no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. 7 Todo lo sufre[c], todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
8 El amor nunca deja de ser. Pero si hay dones de profecía[d], se acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. 9 Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; 10 pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará. 11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño.
12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente[e], pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido. 13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor: estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Mirando el versículo anterior, dice que la mayor entre la fe, esperanza y amor es el amor, pero cuando piensas en el amor, probablemente piensas en las emociones, los sentimientos, el placer, pero el amor es más que eso. El amor debe ser más que solo el sentimiento / emoción que tenemos para poder verlo como el mayor entre la fe, la esperanza y el amor. La mejor manera de ver el Amor es como una opción, si pensamos en el amor como algo simplemente emocional o de sentimientos, estaremos dentro y fuera del amor, porque algunos días nos sentiremos enamorados, otros días nos sentiremos sin amor.
El verdadero amor es una opción, la opción de querer lo mejor para alguien, pero lo más importante es que el amor se expresa o se prueba en acciones. Eliges amar a alguien y la forma en que lo demuestras es a través de tus acciones. Dios ha elegido amarte, pero más que decidir amarte, Dios simplemente te ama, porque Dios ES Amor; tiempo presente. Por lo tanto, el amor es confiar, saber, es estar convencido de que Dios está presente HOY. El amor se vive hoy en el presente, por eso es el más grande de los tres, porque es Dios y es su forma de ser en el presente. Una forma de verlo es que cuando combinas la fe, la esperanza y el amor, la fe es esa confianza en Dios basada en lo que él te ha revelado, la esperanza es la expectativa o la confianza en que Dios estará contigo siempre, no importa lo que encuentres él estará contigo y el amor es saber que Dios está presente contigo hoy. Que Dios, siendo amor, te ha creado y te ama por alguna razón, propósito, misión, a través de la cual te guiará si confías en él. La fe, la esperanza y el amor giran en torno a la relación, construyendo una relación con Dios y aprendiendo a confiar en él. Piensa en esto, Dios te ama tanto que envió a su único hijo a dar su vida por ti. Dios te ama tanto que te creó y quiere pasar toda la eternidad contigo.
Juan 3:16
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Como Dios es amor, él espera que compartamos su amor y compartamos su amor con los demás. Esa es la definición de amor, querer, elegir, querer el bien de otra persona. El verdadero amor es sacrificio, entregarte a ti mismo en beneficio de los demás, ser desinteresado, dar sin esperar nada a cambio. Escuché una reflexión de Dynamic Catholic sobre dos mares en Palestina y es una gran representación de lo que debería ser el amor. La reflexión dice que hay dos mares en Palestina, uno está lleno de vida, es fresco, hay pastos verdes a su alrededor. Hay árboles en las orillas que disfrutan del agua del mar, el agua de este mar proviene del río Jordán. El mar está lleno de vida, los animales, la vegetación y las personas construyen casas a su alrededor, ya que hay peces para atrapar, hay nidos a su alrededor y parece ser un ecosistema muy feliz y armonioso.
El río Jordán también desemboca en otro mar. Este mar no tiene peces, no hay vegetación cerca, la gente no quiere vivir a su alrededor ya que no hay movimiento, ni árboles, ni hojas, ni animales. Los viajeros generalmente no recorren la ruta de este mar a menos que realmente tengan que hacerlo, porque allí no hay nada, el ambiente se siente pesado, denso y sin vida. Los dos mares se alimentan de la misma fuente, ambos obtienen agua del río Jordán, pero uno está lleno de animales, árboles, personas y el otro es todo lo contrario. La principal diferencia entre los dos es que el Mar de Galilea obtiene agua del río Jordán, pero la pasa, no la mantiene, el agua fluye a través de ella, recibe, y se da vuelta y da. El otro mar no comparte, el agua fluye desde el río Jordán, pero se atasca allí, no fluye a ningún lado, cada gota que recibe de agua es una gota que mantiene. El mar de Galilea tiene un ecosistema armonioso lleno de vida porque da vida, no se detiene, recibe y da. El otro mar no da nada, recibe y mantiene. No hay vida a su alrededor, el ecosistema no es armonioso a su alrededor, este mar no comparte nada, por eso se llama Muerto, El Mar Muerto. La reflexión tiene una gran frase que dice que hay dos mares en Palestina, el Mar de Galilea que da y vive y el Mar Muerto, que toma y está muerto. En el mismo modo hay dos tipos de personas, los que aman y los que no.
1 Juan 4:7-21
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es[a] de Dios, y todo el que ama es nacido[b] de Dios y conoce a Dios. 8 El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros[c]: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El. 10 En esto consiste[d] el amor: no en que nosotros hayamos amado[e] a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
12 A Dios nunca Lo ha visto nadie. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se perfecciona en nosotros. 13 En esto sabemos que permanecemos en El y El en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. 15 Todo aquél que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. 16 Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para[f] nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él. 17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.
18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra[g] castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor. 19 Nosotros amamos[h] porque El nos amó primero. 20 Si alguien dice: “Yo amo a Dios,” pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede[i] amar a Dios a quien no ha visto. 21 Y este mandamiento tenemos de El: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
Comenzamos con la pregunta: ¿qué es la fe, la esperanza y el amor? Y podemos concluir reconociendo que Dios nos creó para amarlo a él y a nuestro prójimo, se ha revelado a sí mismo, su amor y su misericordia a lo largo de la historia y está esperando que confiemos en él, para darle la oportunidad de mostrarnos que ES el verdadero amor. La fe, la esperanza y el amor se basan en la confianza y la relación, tenemos fe basada en lo que se ha revelado, usamos esa fe para producir una esperanza (expectativa, convicción) del futuro y vivimos todo en el presente debido a amor.