Presentación del Señor
Santo del día del 2 de febrero
Según: www.franciscanmedia.org
A finales del siglo IV, una mujer llamada Etheria hizo un peregrinaje a Jerusalén. Su diario, descubierto en 1887, ofrece una visión sin precedentes de la vida litúrgica allí. Entre las celebraciones que describe está la Epifanía, la observancia del nacimiento de Cristo y la procesión de gala en honor a su Presentación en el Templo 40 días después. Según la Ley mosaica, una mujer era ritualmente “impura” durante 40 días después del parto, cuando debía presentarse a los sacerdotes y ofrecer sacrificio: su “purificación”. El contacto con cualquiera que se hubiera enfrentado al misterio —nacimiento o muerte— excluía a una persona del culto judío. Esta fiesta enfatiza la primera aparición de Jesús en el templo más que la purificación de María.
La observancia se extendió por toda la Iglesia occidental en los siglos quinto y sexto. Debido a que la Iglesia en Occidente celebró el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, la Presentación se trasladó al 2 de febrero, 40 días después de Navidad.
A principios del siglo VIII, el Papa Sergio inauguró una procesión con velas; a finales del mismo siglo se incorporó a la celebración la bendición y distribución de cirios que continúa hasta el día de hoy, dando a la fiesta su nombre popular: Candelaria.
Reflexión
En el relato de Lucas, Jesús fue recibido en el templo por dos ancianos, Simeón y la viuda Ana. Encarnan a Israel en su paciente expectativa; reconocen al niño Jesús como el Mesías largamente esperado. Las primeras referencias a la fiesta romana la denominan fiesta de San Simeón, el anciano que estalla en un canto de alegría que la Iglesia aún canta al final del día. Te invito a dar gracias a Dios, por el gran Mesías esperado, que vino a salvar al mundo y específicamente a salvarte a ti.