Dulcísimo Corazón de Jesús: tuyos somos y tuyos queremos ser. Humildemente postrados ante tu Sagrado Corazón te consagramos nuestras personas, nuestra casa, nuestra familia, con todo lo que somos y tenemos. Reina en nuestra casa como en un hogar que te pertenece y no permitas que te sea arrebatado lo que con todo corazón te hemos consagrado. Derrama amorosamente sobre nosotros las bendiciones que has prometido a los que veneran tu Sagrado Corazón. Enriquécenos con la paz que gozan las familias que son de tu Corazón. Compadécete de los que se alejan de ti; ilumina a los que todavía no conocen las riquezas de tu amor; atráeles con la suavidad de tu gracia. Santifica, dulce Redentor, nuestra casa y nuestra familia, para que acabando en paz la carrera de esta vida, te alabemos en la mansión eterna de tu gloria. Amen.
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