Natividad de la Bienaventurada Virgen María
Santo del día para el 8 de septiembre
Según: www.franciscanmedia.org
La Iglesia ha celebrado el nacimiento de María desde al menos el siglo VI. Se eligió un nacimiento en septiembre porque la Iglesia del Este comienza su año eclesiástico con septiembre. La fecha del 8 de septiembre ayudó a determinar la fecha de la fiesta de la Inmaculada Concepción el 8 de diciembre.
Las Escrituras no dan cuenta del nacimiento de María. Sin embargo, el Protoevangelium apócrifo de Santiago llena el vacío. Este trabajo no tiene valor histórico, pero refleja el desarrollo de la piedad cristiana. Según este relato, Ana y Joaquín son infértiles pero rezan por un hijo. Reciben la promesa de un niño que avanzará el plan de salvación de Dios para el mundo. Tal historia, como muchas contrapartes bíblicas, enfatiza la presencia especial de Dios en la vida de María desde el principio.
San Agustín conecta el nacimiento de María con la obra salvadora de Jesús. Él le dice a la tierra que se regocije y brille a la luz de su nacimiento. “Ella es la flor del campo de quien floreció el precioso lirio del valle. A través de su nacimiento, la naturaleza heredada de nuestros primeros padres ha cambiado “. La oración de apertura en la misa habla del nacimiento del Hijo de María como el amanecer de nuestra salvación, y pide un aumento de la paz.
Reflexión
Podemos ver cada nacimiento humano como un llamado a una nueva esperanza en el mundo. El amor de dos seres humanos se ha unido a Dios en su trabajo creativo. Los padres amorosos han mostrado esperanza en un mundo lleno de trabajo. El nuevo niño tiene el potencial de ser un canal del amor y la paz de Dios para el mundo.
Todo esto es cierto de una manera magnífica en María. Si Jesús es la expresión perfecta del amor de Dios, María es el presagio de ese amor. Si Jesús ha traído la plenitud de la salvación, María es su amanecer.
Las celebraciones de cumpleaños brindan felicidad tanto al celebrante como a sus familiares y amigos. Junto al nacimiento de Jesús, el nacimiento de María ofrece la mayor felicidad posible al mundo. Cada vez que celebramos su nacimiento, podemos esperar con confianza un aumento de la paz en nuestros corazones y en el mundo en general. Te invito a dar gracias por un nuevo día de vida que Dios te brinda y a pedir por todos los niños del mundo.