Esperanza y El Coronavirus


Oración para pedir la salud

Jesús, nuestro médico divino, quédate hoy con todas las personas que necesitan sanar. Concede tu paz a los que sufren física y emocionalmente, llena de fuerza y salud a los que padecen enfermedades graves. Fortalece a los que se están recuperando de una enfermedad. Acompaña a los médicos, enfermeras y demás personal que atienden a los que sufren, iluminarlos en sus decisiones y llenarlos con tu compasión y amor. Señor, yo también necesito sanar, quédate conmigo, ayúdame a madurar, y a Servirte con amor sáname de cualquier enfermedad que me impida servirte, y si no es tu voluntad, concédeme entonces la gracia de ofrecerte mis sufrimientos por quienes lo necesitan. Cura este mundo tan necesitado de tu paz y de tu poder. Amén

El día de hoy, me gustaría hablar o reflexionar sobre algo un poco distinto a lo que usualmente hablo, pero es por lo que está pasando en el mundo hoy día. Si escuchas este mensaje, o esta reflexión años después de publicar, quizás estarás pensando: ¿de qué están hablando? ¿De qué se trata? el mensaje de hoy es sobre tener esperanza durante el coronavirus.

El coronavirus es un virus que está afectando al mundo completo. Es una enfermedad, como si fuera el Flu, como si fuera la influenza y está causando mucha pandémica. Se puede decir que mucha incertidumbre, mucho pánico, mucho temor en el mundo completo porque se está esparciendo, está contagiando muy rápidamente. El coronavirus, para aquellos que quizás encuentren este artículo en el futuro o quizás hoy día no tengan el conocimiento, comenzó en Asia, se encontró un caso en Asia y se ha esparcido por toda Europa, Norteamérica, Suramérica, el Caribe, por el mundo completo. Por esta razón se puede decir que hay gran incertidumbre en el mundo. En el mundo entero hay mucho miedo y temor, hay pánico por esta razón gustaría reflexionar, dar este consejo o este mensaje. Lo haré corto porque solamente es para ver si puedo traer un poquito de lo que es la esperanza de Dios al caso, mi propósito es de reflexionar sobre la esperanza de Dios y qué está pasando en el mundo, que estamos viendo, y qué podemos esperar. Como les digo, si escuchan este mensaje mucho más años después de lo que estamos viviendo, quizás te preguntes, ¿qué es eso o qué pasó?

Para aquellos que lo estamos viviendo tendremos historias que contar por generaciones en el futuro, y sería importante si aprendiéramos de esta experiencia. Podremos contarles a las generaciones que vendrán en el futuro, sobre qué fue el coronavirus, qué sucedió y como estar preparados para algo similar. Me gustaría reflexionar sobre; ¿qué es la esperanza? en nuestra página tenemos un artículo en el cual habla acerca de la fe, de la esperanza y del amor, y creo que fue Dios por medio del Espíritu Santo, que trajo su mensaje anterior para prepararnos para éste mensaje (si quieres ver el otro artículo puedes presionar aquí). Es importante que reconozcamos lo que es la fe, lo que es la esperanza y lo que es el amor. Me gustaría específicamente hablar sobre lo que es la esperanza y qué esperanza podemos tener durante este tiempo.

¿Qué es la esperanza?

Para que estemos hablando o reflexionando sobre lo mismo me gustaría definir la esperanza: la esperanza lo defino como una convicción, mientras caminamos a través de nuestras pruebas, de nuestras tribulaciones, mientras sufrimos, mientras soportamos altas y bajas. Y la convicción es que Dios está conmigo y no me abandonará. Esta es la esperanza, la que me hace pensar y reconocer que hay un gran futuro, que a pesar de que parezca que estamos peleando batallas a diario, Dios ya ganó la guerra. La esperanza de la que estoy hablando es que tendremos un futuro mejor para todos los que deciden participar de Dios.

La convicción de que podrías no tener la respuesta hoy de por qué están pasando las cosas y cómo están sucediendo algunas cosas o cuando van a dejar de suceder. Pero saber que Dios tiene el control y que él tiene el mejor interés para ti esa es la esperanza que quiero que reflexionemos la esperanza que debemos tener en mente durante esta epidemia, durante esta pandemia, durante este pánico sobre lo que es el coronavirus.

Tenemos que reconocer que, si en realidad somos creyentes y en realidad somos personas de fe, tenemos la esperanza de que Dios está con nosotros, que Dios nunca nos va a abandonar. Tener esa esperanza de que pase lo que pase, la incertidumbre que tenemos pase lo que pase, Dios no nos abandonará. Y recordemos como peregrinos sonrientes de que somos peregrinos, este no es nuestro destino. Vamos para un lugar eterno, vamos para un lugar mejor, vamos para el lugar que nos está preparando o que nos preparó nuestro Dios. Esa es la esperanza que tenemos que recordar, que tenemos que pensar.

Ahora, ¿que estoy viendo? ¿que estoy viviendo en este tiempo del Coronavirus o de la epidemia?

Estoy viendo mucho temor, estoy viendo mucho pánico, estoy viendo mucha incertidumbre. El coronavirus en sí es un caso de flu, es una rama de la influenza, es un virus que está despareciendo muy rápido y esa es la razón por la cual tantos tienen miedo. Pero la mayoría de las personas, que sean contagiados con el coronavirus lo van a superar. El problema es que hay una población, hay un sector demográfico se puede decir que un grupo de personas que esta serán los que pueden ser más afectados por el coronavirus. En realidad, lo puede afectar más gravemente a aquellas personas que tienen más de cierta edad. Usualmente se consideran más en riesgo las personas de más de 60 años y de igual manera aquellos que tienen problemas inmunológicos. Aquellos que tienen problema de salud, que tienen problemas respiratorios, que tienen problemas con los pulmones, son más susceptibles a una gravedad con el virus. Los demás, en su mayoría, se recuperarán como se recuperan de una gripe o influenza comunes, lo único que si se les recomienda es que estén en cuarentena para no afectar a aquellos que sí tienen problemas inmunológicos.

Pero, aun así, veo un pánico, veo un temor en todo el mundo, en toda la sociedad. Si nos ponemos a ver ahora:

  • La Bolsa de Valores mundialmente está por el suelo, las compañías están devaluándose mucho por causa de lo que estamos viendo con la epidemia.
  • Los deportes en su mayoría están cancelando o aplazados; el béisbol se está retrasando, el baloncesto suspendió sus juegos, el futbol suspendió sus juegos y los deportes universitarios también
  • Muchas de las actividades locales en cada ciudad, en cada estado, está siendo cancelado.

Por ejemplo, aquí en la ciudad donde yo vivo, si hay una actividad que va a tener más de mil personas ya la consideraron canceladas, ya no hay actividades que reúna más de cierta cantidad de personas hasta que se pueda controlar un poco el virus.  (La razón por la cual se está haciendo esto es para no tener muchas personas juntas, porque el virus se puede contagiar y continuar expandiéndose)

  • Estamos viendo una escasez de productos. Productos como comestibles, papel higiénico, desinfectantes y comida.

¿Por qué? Porque al comenzar el temor, el pánico o la incertidumbre, las personas se fueron todos a las tiendas a comprar. Y por una razón u otra, lo primero compraron fue papel higiénico y desinfectante. Se puede cuestionar el por qué salimos a comprar papel higiénico tan pronto escuchamos del coronavirus, porque en realidad el coronavirus no causa problemas estomacales, no causa problemas en los cuales te va a causar ir al baño más de lo que usualmente lo haces. Pero por alguna razón u otra, la sociedad en los Estados Unidos específicamente ha salido a comprar papel higiénico al punto de que ya no aparece.  Si quieres buscar para tu uso normal no aparece. ¿Qué está pasando? Todo esto es causa del temor, del pánico, de la incertidumbre, porque se está diciendo a las personas que, si están contagiados, que se queden en sus casas por lo menos por 14 días. Las personas con el miedo de eso están tratando de tener suficientes artículos personales y comestibles en su casa para aguantar por lo menos esos 14 días.

También tenemos mucho más acceso a las noticias mundiales las cuales muchas veces pueden ayudar a difundir el miedo. Escuchábamos o se escucha de que muchos países están considerados en estado de emergencia, por ejemplo, uno de ellos es Italia. No acepta viajes para Italia o fuera de Italia. Si ves en Italia muchos de los lugares, los negocios, el gobierno todo está cerrado. Es una cuarentena mandatorio por el país y eso lo ven otros países y las personas se asustan. Las personas entonces comienzan a crear más pánico y más temor. Eso es lo que estamos viendo hoy día.

Durante una epidemia como esta, una crisis como ésta, quizás hay personas, las generaciones nuevas que quizás nunca han vivido algo parecido. Y por esa razón se siente el miedo, se siente el temor, el pánico. Eso junto, con la bolsa de valores caer, con la incertidumbre de si vas a tener trabajo o no, con la incertidumbre de que, si te vas a enfermar o no, ¿qué va a pasar con tus seres queridos?

¿Entonces, por qué comentó de todo esto? Porque quería reflexionar sobre lo que estamos viviendo durante la epidemia del coronavirus. Estamos viviendo un tiempo de temor, de pánico, incertidumbre, mucha enfermedad en términos de lo que es el Flu. Hemos tenido muertes de personas que han tenido el sistema inmunológico comprometido, estamos viendo escasez de productos, de comestibles, de comida, desinfectantes. Pero más que eso, quiero llegar al punto de lo que estoy viendo en la sociedad.  El coronavirus como muchas de las epidemias, está sacando lo mejor y está sacando lo peor de la humanidad. He visto videos de personas en los supermercados peleando, discutiendo por un rollo de papel higiénico, he visto persona yéndose a los golpes por un cartón de huevos. He visto personas que hasta se lastimaron gravemente, hubo un caballero que le dio una puñalada a otro por un rollo de papel higiénico. Personas atacando a las personas asiáticas verbal y físicamente, y lo culpan de crear la epidemia.

¿Qué veo?

Veo lo peor en la sociedad, pero estoy viendo también del otro lado lo mejor. Hay personas que no se conocen y se están ayudando. Hay personas que están juntándose para orar juntos. Hay personas que están brindándole la mano a aquellos necesitados. Hay personas que están protegiendo a los ancianos. Hay personas que están protegiendo a los niños. Hay personas que están ayudando a su comunidad y a la humanidad. ¿Qué estamos viendo? lo mejor y lo peor de la sociedad. Es un momento, es un tiempo en el cual también se ve mucho la diferencia entre una persona creyente y una persona no creyente, en su mayoría, (claro hay excepciones). Se debería ver la diferencia, porque aquel que es creyente debe tener la esperanza en Dios. Debe tener esperanza en su Señor, tiene que saber de qué somos peregrinos. Aquel que no es creyente no tiene esa esperanza porque lo único que tiene es este mundo, lo único que tiene es lo que está viviendo hoy día y por esta razón vemos lo mejor y lo peor de la sociedad, pero es mucho más triste cuando vemos lo peor de la sociedad entre los mismos creyentes. Porque si lo vemos entre los no creyentes lo podemos aceptar un poco más porque reconocemos que le hace falta a Dios, le hace falta nuestro Salvador, le hace falta reconocer que hay más, pero cuando lo vemos entre los creyentes duele, porque es entonces un símbolo de que no estamos en realidad creyendo lo que estamos diciendo. Es un símbolo en el cual no estamos viviendo nuestra fe, no estamos viviendo nuestra esperanza, no estamos viviendo nuestro amor y por eso quería comentar con ustedes sobre lo que estamos viviendo hoy día en tiempos del coronavirus.

Mas aun me gustaría animarte y darte un poquito de esperanza. Como dije al principio de esta pequeña reflexión, la esperanza es una convicción mientras caminamos a través de nuestras pruebas y tribulaciones, mientras sufrimos, mientras soportamos altas y bajas. Dios está con nosotros y nunca nos va a abandonar. Esa es la esperanza que tenemos. Esa esperanza me dice que hay un gran futuro, que a pesar de lo que parece que estamos pasando hoy día, Dios está conmigo. Esperanza de que hay un futuro mejor para todos los que deciden pertenecer a él. Esa convicción de que quizás no tengo la respuesta a lo que está pasando hoy día. Pero sé que Dios nunca me abandonará. Esta es nuestra esperanza. Durante este coronavirus te digo que te agarres, que te aferres, a la esperanza de reconocer que quizás no vas a saber lo que va a pasar mañana. Quizás no sabes lo que está pasando ahora hoy día, pero Dios está contigo. Este coronavirus debe de ayudarnos a reflexionar y reconocer que no tenemos control.

Muchas veces como sociedad, como humanidad, creemos que todo lo podemos solos, tenemos autosuficiencia. Creemos que, si tengo dinero, si tengo la salud, yo lo puedo todo que no necesito de nadie. Y este momento que está en realidad afectando al mundo completo nos está enseñando de que no tenemos el control como creemos que tenemos. Si tuviéramos el control, no estuviera pasando, si tuviéramos el control, no tuviéramos el miedo, si tuviéramos el control no tuviéramos la incertidumbre. Pero, sin embargo, tenemos miedo, pánico e incertidumbre. No podemos controlar a las personas, no podemos controlar la comida, no podemos controlar las escaseces, no podemos controlar la bolsa de valores. Entonces, nos debemos dar cuenta de que hay algo más que nosotros, que nuestro Dios es el todopoderoso, que nuestra vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, que nuestra vida puede cambiar por completo en un segundo y por esta razón debemos aferrarnos a nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor.

Hermanos, antes de dejarte te quisiera compartir. Una lectura, El libro de:

Isaías capítulo 41, versículo 10

No temas, porque Yo estoy contigo;
No te desalientes
[a], porque Yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
Sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia”.

Que ese sea nuestro emblema durante este coronavirus. Que cada vez que tu pienses o estés decepcionando, estés triste, estés asustado, estés en incertidumbre, en pánico y temor. Piensa en Isaías 41:10. Nuestro Dios te dice no temas, yo soy tu Dios, yo estoy contigo, no estás solo. Te aconsejo que te aferres a la fe, porque Dios está contigo, que te aferres a la esperanza porque nunca te abandonará, que te aferras al amor porque él te ama. Comparte tu fe, esperanza y tu amor con todo aquel alrededor. Es un momento para los cristianos, para los creyentes, demostrar por qué lo somos. Es un momento en el cual nosotros, aunque tengamos miedo porque somos humanos, reconocer que Dios está con nosotros y dejarlo todo en sus manos y brindarle esa fe, esa paz, ese amor a los demás, a la sociedad que tanto lo necesita.

Continúa brillando, continúa sonriendo, brinda tu amor, brinda de tu fe, de tu esperanza a todo tu alrededor.

Bendiciones

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