El adviento marca el comienzo de nuestro calendario litúrgico. Es un tiempo de reflexión y arrepentimiento, caracterizado por nuestro color litúrgico morado. Usamos una corona de adviento, que tiene muchos simbolismos y significados, entre ellos están el significado de los colores, morado, rosa, blanco, rojo, verde. El significado de las figuras geométricas como el círculo y el significado de encender una vela. Tradicionalmente le asignamos un significado a cada semana de nuestra corona así como a cada vela, la primera semana es esperanza, la segunda paz, la tercera alegría y la cuarta semana amor. No quiere decir que sea la única forma de pensar o reflexionar sobre ello, sino que es una forma de pensar sobre ello. El adviento es un tiempo de esperanza. Esperanza no solo como una ilusión; como espero que mi equipo favorito gane el partido, o espero ganar la lotería, pero una esperanza basada en la confianza. Confío en Dios, que lo que prometió se cumplirá, confío que cuando dijo que estaría conmigo hasta el final de los tiempos, lo dijo en serio. Confío en que hay un mejor mañana y que hay felicidad eterna. El Adviento nos trae la esperanza del nacimiento de Cristo, la esperanza de que viene nuestro salvador.
Miremos estas lecturas
Isaías 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias,
ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado
y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca,
con el soplo de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor,
la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos
y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa
y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora;
la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo,
porque así como las aguas colman el mar,
así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará
como bandera de los pueblos,
la buscarán todas las naciones
y será gloriosa su morada.
En estas lecturas encontramos el mismo mensaje de esperanza, mensaje de adviento. Durante la época del pueblo de Israel, hubo mucha opresión, mucho abuso, mucha discriminación. Las personas fueron marginadas en función de su estado financiero, sus creencias religiosas, su herencia y sufrieron muchas injusticias. El profeta Isaías sirve como voz de esperanza. Les dice que habrá un tiempo en que el Mesías vendrá y juzgará y herirá con justicia. Los pobres no serán abusados, los oprimidos serán justificados, la paz reinará y no habrá más sufrimiento. El lobo estará con el cordero, el leopardo con el cabrito, el león con el buey y hasta un bebé jugará junto a una cueva de cobras.
S. Mateo 3, 1-12
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el Reino de los cielos está cerca”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han convertido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.
En el evangelio, Juan el Bautista se convierte en esa voz de esperanza. Era un personaje extraño, vestido con pelo de camello, que comía insectos y miel silvestre, sin embargo, las multitudes lo seguían, ¿por qué? Porque tenía un mensaje de esperanza, llevaba paz, alegría, amor, llevaba esperanza a los más necesitados. Podemos llamar al profeta Isaías y a Juan Bautista, agentes de adviento, agentes de esperanza.
Agente de esperanza es aquel que trae paz a los que están en guerra, alegría a los tristes, amor a los no amados y esperanza a los que han perdido la esperanza. El pueblo de Israel siempre estuvo en guerra, interna y externa, habían perdido su alegría, se sentían olvidados y no amados. Los agentes del adviento les dieron esperanza, les dieron una razón para continuar, una razón para creer, una razón para vivir.
Desafío
Seamos agentes de esperanza, dondequiera que vayamos, deberíamos llevar paz, alegría, amor y esperanza. Comparte su mensaje de esperanza con todos, sé un faro de luz, hay mucha oscuridad, tristeza, opresión en este mundo, sé un agente de esperanza. Todas las personas con las que te encuentres deberían irse en un mejor estado que antes de conocerte. ¡Haz la diferencia como solo tú puedes!
Bendiciones