¿Estas Salvo?¿Qué es la salvación?¿Cómo somos salvos? ¿Somos salvos por fe o por obras?


Una de las discusiones más polémicas entre los cristianos tiene que ver con la salvación.  Desde hace siglos los cristianos protestantes y los cristianos católicos discuten sobre, ¿cómo somos salvos? De un lado de la moneda se discute que si somos salvos por la fe y del otro lado de la moneda se discute que si somos salvos por las obras.  La discusión está basada en varios pasajes bíblicos, pero especialmente en dos: Santiago 2:24 y Efesios 2:8-9.

Los que discuten que la salvación es por la fe solamente se basan en Efesios 2:8-9

 Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por[a] obras, para que nadie se gloríe.

Y los que discuten que la salvación no es solo por la fe se basan en Santiago 2:24

Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no solo por la fe

Entonces si la biblia nos habla de los dos, salvación por medio de la fe y justificación por medio de las obras, ¿cuál de los dos puntos de vista esta correcto?

La respuesta es que ambos están correctos, somos salvos por fe y justificados por obras buenas. Lo que sucede en la discusión es que ambos grupos se concentran en diferentes partes o etapas del proceso de salvación o justificación.  Aunque no lo parezca ambos creen básicamente lo mismo pero su enfoque es en diferentes partes de la creencia. Tenemos que ver la salvación como un proceso vamos a ver el proceso en su totalidad.

En el libro de Efesios, el apóstol Pablo nos está hablando sobre la salvación o justificación inicial. En otras palabras, no habla sobre nuestro momento de conversión, podemos verlo más claro en la siguiente lectura.

Efesios 2:1-3

Y Él les dio vida a ustedes, que estaban[a] muertos en[b] sus delitos y pecados, en los cuales anduvieron en otro tiempo según la corriente[c] de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo[d] los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

En este versículo, antes de la expresión de la salvación por medio de la fe (versículo 8-9) Pablo está hablando con nuevos cristianos, personas que acaban de recibir la conversión.  Este es un grupo de personas que está iniciando su camino en el señor, por lo cual su salvación y justificación es por medio de la gracia de Dios, por medio de la Fe. Todos somos salvos por la gracia de Dios, la salvación es un regalo de Dios, es gratuito, es por su bondad, nadie puede hacer nada para merecer o ganar la salvación, es la fe, la gracia de Dios que nos salva/justifica del pecado original.  Esta es la enseñanza de la fe cristiana, cristianos católicos y cristianos protestantes en su mayoría. 

El catecismo de la iglesia católica en el numeral 403-404 dice lo siguiente sobre el pecado original. Siguiendo a S. Pablo, la Iglesia ha enseñado siempre que la inmensa miseria que oprime a los hombres y su inclinación al mal y a la muerte no son comprensibles sin su conexión con el pecado de Adán y con el hecho de que nos ha transmitido un pecado con que todos nacemos afectados y que es “muerte del alma” (CC. de Trento: DS 1512). Por esta certeza de fe, la Iglesia concede el Bautismo para la remisión de los pecados incluso a los niños que no han cometido pecado personal (CC. de Trento: DS 1514).

¿Cómo el pecado de Adán vino a ser el pecado de todos sus descendientes? Todo el género humano es en Adán “sicut unum corpus unius hominis” (“Como el cuerpo único de un único hombre”) (S. Tomas de A., mal. 4,1). Por esta “unidad del género humano”, todos los hombres están implicados en el pecado de Adán, como todos están implicados en la justicia de Cristo. Sin embargo, la transmisión del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente. Pero sabemos por la Revelación que Adán había recibido la santidad y la justicia originales no para el solo sino para toda la naturaleza humana: cediendo al tentador, Adán y Eva cometen un pecado personal, pero este pecado afecta a la naturaleza humana, que transmitieron en un estado caído (cf. CC. de Trento: DS 1511-12). Es un pecado que será transmitido por propagación a toda la humanidad, es decir, por la transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia originales. Por eso, el pecado original es llamado “pecado” de manera análoga: es un pecado “contraído”, “no cometido”, un estado y no un acto.

El catecismo nos explica que todos somos pecadores basados en el pecado original de Adán y Eva, un pecado no cometido pero contraído.  Por esta razón todos necesitamos la salvación, y la salvación nos llega por medio de la fe por la gracia de Dios. Como somos pecadores desde el principio de nuestras vidas, necesitamos la salvación y esta salvación es por gracia nos dice el apóstol Pablo, pero esta gracia es a través de la fe.  Entonces nuestra salvación inicial, nuestra salvación de conversión, nuestra salvación del pecado original, nos llega gratuitamente por la gracia de Dios, pero es a través de la fe.  Dios nos ofrece la salvación gratuitamente a todos, pero si no la aceptamos, si no la reconocemos, si no abrimos ese regalo de la salvación, no la tendremos.  Nuevamente repito, la iglesia católica nos enseña que la salvación inicial es por gracia, no podemos hacer nada para merecerla o ganarla.  Catecismo de la iglesia católica numero 2010:

“Puesto que la iniciativa en el orden de la gracia pertenece a Dios, nadie puede merecer la gracia primera, en el inicio de la conversión, del perdón y de la justificación.

¿Entonces qué papel desenvuelven las buenas obras?

Regresemos al libro de Efesios y leamos los versículos más extendidamente.

Efesios 2:8-10

Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por[a] obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.

En estos versículos Pablo nos describe la salvación de esta forma:

  • Salvos por la Gracia
  • Por medio de la Fe
  • No por obras (para que nadie se gloríe)
  • Creados en Jesús para hacer buenas obras
  • Obras preparadas por Dios antemano

Entonces según Pablo somos salvos por gracia, a través de la fe, pero PARA buenas obras, las cuales estaban preparadas por Dios para nosotros.  En otras palabras, en el proceso, después de la salvación inicial el proceso continuo por medio de las obras que Dios preparo para nosotros.  El proceso de salvación, justificación y santificación no termina con la salvación inicial, continua según estemos en vida.

¿Ahora, donde queda el libro de Santiago en todo esto? ¡Dice que el hombre es justificado por obras no solo por fe!

Santiago 2:14-24

¿De qué sirve[a], hermanos míos, si alguien dice que tiene fe, pero no tiene obras? ¿Acaso puede esa[b] fe salvarlo? 15 Si un hermano o una hermana no tienen ropa[c] y carecen del sustento diario, 16 y uno de ustedes les dice: «Vayan en paz, caliéntense y sáciense», pero no les dan lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve[d]? 17 Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. 18 Pero alguien dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras». 19 Tú crees que Dios es uno[e]. Haces bien; también los demonios creen, y tiemblan. 20 Pero, ¿estás dispuesto a admitir[f], oh hombre vano[g], que la fe sin obras es estéril[h]?

21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 Ya ves que la fe actuaba juntamente con sus obras, y como resultado de las obras[i], la fe fue perfeccionada; 23 y se cumplió la Escritura que dice: «Y Abraham creyó a Dios y le fue contado por[j] justicia», y fue llamado amigo de Dios. 24 Ustedes ven que el hombre es justificado por las obras y no solo por la fe.

Aquí, Santiago se está refiriendo a la salvación, justificación o santificación después de la salvación inicial.  Después de que recibiste al señor, después de haber aceptado la salvación, de abrir el regalo de la gracia de Dios, esa salvación tiene que dar frutos.  Esos frutos son las buenas obras.  Como leímos anterior en Efesios, la razón por la cual fuimos salvados fue para servir, fue para las buenas obras, las cuales Dios preparo para cada uno de nosotros específicamente.  Entonces si recibimos la salvación inicial, esa salvación continúa trabajando en nosotros por medio de las buenas obras.  Como mencione al principio del artículo, la salvación, justificación y santificación toman parte de un proceso no es un hecho de un instante y ya.  Si es posible que, si recibimos la salvación y partimos de esta tierra, nuestro proceso o jornada de salvación termine en la tierra, pero para la mayoría de nosotros, recibiremos la salvación inicial y luego tenemos que seguir la jornada o el proceso y dejar que el Espíritu Santo nos muestre y nos mueva a buenas obras.

Si repasamos la lectura en Santiago como hicimos con la de Efesios por medio de Pablo, podemos concluir lo siguiente:

  • La fe por sí sola no salva a la persona (Santiago 2:14-24)
  • La fe sin buenas obras está muerta
  • La fe es perfeccionada por las obras
  • Un hombre es justificado y perfeccionado por las buenas obras
  • El hombre es justificado por buenas obras y no solo por la fe

En ocasiones la doctrina de la salvación en la fe cristiana católica es mal interpretada como una salvación ganada o merecida y uno de los párrafos más mal interpretados es en el catecismo el numeral 2010-2011 que dice:

 “Puesto que la iniciativa en el orden de la gracia pertenece a Dios, nadie puede merecer la gracia primera, en el inicio de la conversión, del perdón y de la justificación. Bajo la moción del Espíritu Santo y de la caridad, podemos después merecer en favor nuestro y de los demás gracias útiles para nuestra santificación, para el crecimiento de la gracia y de la caridad, y para la obtención de la vida eterna. Los mismos bienes temporales, como la salud, la amistad, pueden ser merecidos según la sabiduría de Dios. Estas gracias y bienes son objeto de la oración cristiana, la cual provee a nuestra necesidad de la gracia para las acciones meritorias.

La caridad de Cristo es en nosotros la fuente de todos nuestros méritos ante Dios. La gracia, uniéndonos a Cristo con un amor activo, asegura el carácter sobrenatural de nuestros actos y, por consiguiente, su mérito tanto ante Dios como ante los hombres. Los santos han tenido siempre una conciencia viva de que sus méritos eran pura gracia.

Estos párrafos son mal interpretados por la palabra merecer.  En ocasiones se interpreta como que la iglesia enseña que la salvación, justificación o santidad son merecidas o ganadas.  Pero la iglesia no enseña que la salvación es merecida o ganada, la iglesia enseña que la salvación es un regalo de Dios, que se recibe por medio de la fe para producir frutos y hacer buenas obras.  La parte de merecer en los párrafos anteriores, nos expresan que las obras buenas merecen el favor de Dios y nos ayudan a crecer en santificación.  Lo que necesitamos entender es que las obras buenas que hacemos no son por nuestra cuenta, sino como una respuesta al Espíritu Santo, en otras palabras, las obras buenas que hacemos, la hacemos por parte del Espíritu Santo por lo cual no son por nuestras fuerzas, por lo cual no nos podemos alardear de ellas.

Conclusión

En conclusión, la discusión entre los cristianos católicos y cristianos protestantes en mayor parte, no es más que una confusión o un enfoque en partes distintas. En mi opinión ambos están hablando de lo mismo, pero en diferentes formas.  Según lo que acabamos de leer y repasar de la biblia y el catecismo, podemos concluir que la salvación, justificación y santificación son un proceso.  Un proceso que inicia con la salvación inicial, basada en la gracia de Dios, por medio de la fe, pero que no termina ahí, esta salvación tiene que producir frutos porque es perfeccionada o justificada en las buenas obras, por eso es un proceso, porque lleva varias secciones y todas son partes de la jornada.  Entonces la biblia no se está contradiciendo cuando dice que la salvación es por la fe, y luego cuando dice que la justificación es por las obras y no solo por la fe.  No se contradice porque está hablando del mismo proceso, pero diferentes partes del proceso, así como crecemos en nuestra vida cristiana, así vamos caminando en la jornada llamada vida. Confió en Dios que este articulo te sirva de bendición, si te es posible, has una pequeña oración a Dios para que te continúe iluminando y contestando las inquietudes y preguntas que te atormentan.

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Bendiciones

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