Por: Coro Cantare
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Cuántas veces siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba.
Poco a poco con el tiempo, olvidándome de Ti,
por caminos que se alejan me perdí.
Hoy he vuelto,
Madre, a recordar
cuántas cosas dije ante tu altar
y al rezarte puedo comprender
que una Madre no se cansa de esperar.
Al regreso, me
encendías una luz,
sonriendo desde lejos me esperabas.
En la mesa, la comida aún caliente y el mantel
y tu abrazo en mi alegría de volver.
Aunque el hijo
se alejara del hogar,
una madre siempre espera su regreso.
Que el regalo más hermoso que a los hijos da el Señor
es su madre y el milagro de su amor.
Reflexión:
Esta es una canción Mariana en el sentido que le damos gracias a María por su intercesión. Le agradecemos que como madre nunca se dio por vencida y siempre tiene mas confianza y fe en nosotros que nosotros mismo. María como madre de Jesús nos enseña el verdadero amor y Jesús la hizo nuestra madre al entregárnosla a los pies de la cruz. Esta canción nos recuerda que María está pidiéndole a Dios por nosotros. La canción nos ayuda a entender el hermoso y gran regalo que Jesús nos dio en María. Dios no regala las cosas para que no se utilizan, nos regala gracia, dones, virtudes, pero para que lo usemos, para que podamos compartirlo con los demás. De igual manera nos regala a María, para que nos acompañe, para que interceda por nosotros, para que nos brinde amor y nos sirva de ejemplo y modelo. Al escuchar la canción, reflexiona sobre los dones, regalos que Dios te ha dado, dale las gracias por ellos, pero en una forma especial por el regalo de María.